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Una Vez Cazado
Blake Pierce
Un Misterio de Riley Paige #5
ВЎUna obra maestra del gГ©nero de thriller y misterio! El autor hizo un buen trabajo desarrollando a los personajes psicolГіgicamente. Los describe tan bien que sientes que estГЎs en sus mentes, sientes sus temores y te alegras por sus Г©xitos. La trama es muy inteligente y el libro te mantendrГЎ entretenido de principio a fin. Este libro te mantendrГЎ pasando pГЎginas hasta bien entrada la noche debido a sus giros inesperados. Opiniones de libros y pelГculas, Roberto Mattos (Una vez desaparecido) Una fuga de una cГЎrcel de mГЎxima seguridad. Llamadas frenГ©ticas del FBI. La peor pesadilla de la agente especial Riley Paige se ha hecho realidad: un asesino en serie que encerrГі hace aГ±os ha escapado. Y ella es su blanco principal. Riley estГЎ acostumbrada a ser la cazadora, pero, por primera vez, ella y su familia estГЎn siendo cazadas. Mientras el asesino la acecha, tambiГ©n comienza a matar, y Riley debe detenerlo antes de que sea demasiado tarde para las otras vГctimas y para sГ misma. Pero este no es un asesino comГєn y corriente. Es demasiado inteligente, y su juego del gato y el ratГіn es demasiado retorcido, y de alguna manera logra eludirla y siempre permanecer un paso por delante. Desesperada por detenerlo, Riley se da cuenta de que solo hay un camino: debe ahondar en el pasado, en la mente retorcida de este asesino, en sus viejos casos, y volver a aprender lo que lo impulsa. Se da cuenta de que la Гєnica forma de detenerlo es enfrentar la oscuridad que creГa haber dejado atrГЎs. Un thriller psicolГіgico oscuro con suspenso emocionante, UNA VEZ CAZADO es el libro #5 de una nueva serie fascinante – con un nuevo personaje querido – que te dejarГЎ pasando pГЎginas hasta bien entrada la noche. El Libro #6 en la serie de Riley Paige estarГЎ disponible pronto.
Blake Pierce
Una Vez Cazado. Un Misterio de Riley Paige 5
Blake Pierce
Blake Pierce es el autor de la serie exitosa de misterio de RILEY PAIGE, que incluye los thriller de suspenso y misterio UNA VEZ DESAPARECIDO (Libro #1), UNA VEZ TOMADO (Libro #2), UNA VEZ ANHELADO (Libro #3),В UNA VEZ ATRAГЌDO (Libro #4), UNA VEZ CAZADO (Libro #5) y UNA VEZ AГ‘ORADO (Libro #6).В Blake Pierce tambiГ©n es el autor de la serie de misterio de MACKENZIE WHITE y de AVERY BLACK.
Blake Pierce es un ГЎvido lector y fan de toda la vida de los gГ©neros de misterio y los thriller. A Blake le encanta comunicarse con sus lectores, asГ que por favor no dudes en visitar su sitio web www.blakepierceauthor.com (http://www.blakepierceauthor.com/) para saber mГЎs y mantenerte en contacto.
Derechos de autor В© 2016 por Blake Pierce. Todos los derechos reservados. Excepto segГєn lo permitido bajo la Ley de Derechos de Autor de Estados Unidos de 1976, ninguna parte de esta publicaciГіn podrГЎ ser reproducida, distribuida, transmitida en cualquier forma o por cualquier medio, o almacenada en una base de datos o sistema de recuperaciГіn, sin el permiso previo del autor. Este libro electrГіnico estГЎ disponible solo para tu disfrute personal. Este libro electrГіnico no puede ser revendido o dado a otras personas. Si te gustarГa compartir este libro con otra persona, por favor compra una copia adicional para cada destinatario. Si estГЎs leyendo este libro y no lo compraste, o no fue comprado solo para tu uso, por favor regrГ©salo y compra tu propia copia. Gracias por respetar el trabajo arduo de este autor. Esta es una obra de ficciГіn. Los nombres, personajes, empresas, organizaciones, lugares, eventos e incidentes son productos de la imaginaciГіn del autor o se emplean como ficciГіn. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, es totalmente coincidente. Derechos de autor de la imagen de la cubierta son de GongTo, utilizada bajo licencia de Shutterstock.com.
LIBROS ESCRITOS POR BLAKE PIERCE
SERIE DE MISTERIO DE RILEY PAIGE
UNA VEZ DESAPARECIDO (Libro #1)
UNA VEZ TOMADO (Libro #2)
UNA VEZ ANHELADO (Libro #3)
UNA VEZ ATRAГЌDO (Libro #4)
UNA VEZ CAZADO (Libro #5)
UNA VEZ AГ‘ORADO (Libro #6)
SERIE DE MISTERIO DE MACKENZIE WHITE
ANTES DE QUE ASESINE (Libro #1)
ANTES DE QUE VEA (Libro #2)
ANTES DE QUE DESEE (Libro #3)
SERIE DE MISTERIO DE AVERY BLACK
UNA RAZГ“N PARA MATAR (Libro #1)
UNA RAZГ“N PARA HUIR (Libro #2)
PRГ“LOGO
El automГіvil de la agente especial Riley Paige rompiГі el silencio de las calles oscuras de Fredericksburg. Su hija de quince aГ±os de edad estaba desaparecida, pero Riley estaba mГЎs furiosa que asustada. CreГa saber dГіnde estaba April, probablemente con su nuevo novio, Joel Lambert, quien tenГa diecisiete aГ±os de edad y habГa abandonado la escuela secundaria. Riley habГa intentado ponerle fin a la relaciГіn, pero no habГa tenido Г©xito.
“Eso cambiará esta noche”, pensó con determinación.
Se estacionГі en frente del hogar de Joel, una casa pequeГ±a y deteriorada en un vecindario despreciable.В HabГa estado aquГ una vez y le habГa dado a Joel un ultimГЎtum para que se alejara de su hija. Evidentemente lo habГa ignorado.
No habГa ni una sola luz encendida. Tal vez no habГa nadie en casa. O tal vez lo que Riley encontrarГa allГ serГa mГЎs de lo que podГa manejar. De una u otra forma, no le importaba. GolpeГі la puerta.
“¡Joel Lambert! ¡Abre la puerta!”, gritó.
Riley no escuchГі nada, asГ que golpeГі la puerta otra vez. Esta vez oyГі maldiciones susurradas. Alguien encendiГі la luz del porche. La puerta se abriГі unas pulgadas. Riley logrГі distinguir un rostro desconocido en la luz. Era el de un hombre barbudo de unos diecinueve o veinte aГ±os que se veГa drogado.
“¿Qué quieres?”, preguntó el hombre atontadamente.
“Vine a buscar a mi hija”, dijo Riley.
El hombre se veГa aturdido.
“Está en el lugar equivocado, señora”, dijo.
IntentГі cerrar la puerta, pero Riley la pateГі tan fuertemente que la cadena de seguridad se soltГі y la puerta se abriГі de golpe.
“¡Oye!”, gritó el hombre.
Riley entrГі rГЎpidamente a la casa. Se veГa igual que la Гєltima vez, un desastre horrible de hedores sospechosos. El joven era alto y enjuto. Riley detectГі un parecido familiar entre Г©l y Joel, pero no era lo suficientemente mayor como para ser su padre.
“¿Quién eres tú?”, preguntó.
“Yo soy Guy Lambert”, respondió.
“¿El hermano de Joel?”, dijo Riley.
“SГ. ВїQuiГ©n demonios eres tГє?”.
Riley sacГі su placa.
“Agente especial Riley Paige, FBI”, dijo.
El hombre se veГa alarmado.
“¿FBI? Creo que hay un error”.
“¿Están tus padres?”, preguntó Riley.
Guy Lambert se encogiГі de hombros.
“¿Padres? ¿Qué padres? Joel y yo vivimos solos”.
Esto no sorprendiГі a Riley ya que habГa sospechado esto la Гєltima vez que habГa estado aquГ. Lo que no podГa adivinar era quГ© era lo que habГa sucedido con sus padres.
“¿Dónde está mi hija?”, preguntó Riley.
“Señora, ni siquiera conozco a su hija”.
Riley dio unos pasos hacia la puerta mГЎs cercana. Guy Lambert intentГі impedir que pasara.
“Oye, ¿no se supone que tiene que tener una orden de registro?”, preguntó.
Riley lo empujГі a un lado.
“Haremos las cosas a mi manera”, gruñó.
Riley pasГі por la puerta a un dormitorio desaliГ±ado. No habГa nadie allГ. ContinuГі por otra puerta a un baГ±o sucio y por otra que estaba conectada a un segundo dormitorio. Tampoco habГa nadie allГ.
Justo entonces oyГі una voz gritar desde la sala de estar.
“¡Detente!”.
Riley regresГі a la sala de estar.
Se dio cuenta de que su compaГ±ero, el agente Bill Jeffreys, estaba parado en la puerta principal. Lo habГa llamado para pedirle ayuda antes de haber salido de su casa. Guy Lambert estaba desplomado en el sofГЎ, se veГa desalentado.
“Este chico estaba a punto de irse”, dijo Bill. “Le dejГ© claro que debГa esperarte”.
“¿Dónde están?”, preguntó Riley. “¿Dónde están tu hermano y mi hija?”.
“No tengo ni idea”.
Riley lo agarrГі por la camiseta tan fuertemente que lo levantГі del sofГЎ.
“¿Dónde están tu hermano y mi hija?”, repitió.
“No sé”, respondió. Riley lo empujó a la pared. Bill dejó escapar un gemido de desaprobación. Sin duda le preocupaba que Riley pudiera salirse de control, pero a ella no le importaba.
Totalmente inundado por el pГЎnico, Guy Lambert espetГі una respuesta.
“Están en una casa en la otra cuadra. En la trece treinta y cuatro”.
Riley lo soltГі e irrumpiГі por la puerta principal con Bill sin decir mГЎs.
Ella tenГa su linterna en la mano y estaba verificando los nГєmeros de las casas con ella. “Es por aquГ”, dijo.
“Tenemos que pedir apoyo”, dijo Bill.
“No necesitamos apoyo”, dijo Riley mientras corrГa a lo largo de la acera.
“Eso es no lo que me preocupa”. Bill la siguió.
Riley se encontrГі en el patio de una casa de dos pisos unos momentos despuГ©s. La casa estaba destrozada y tenГa terrenos vacГos en ambos lados, definitivamente un espacio perfecto para consumidores de heroГna. Le recordaba de la casa donde un psicГіpata sГЎdico llamado Peterson la habГa mantenido en cautiverio en una jaula, donde la habГa atormentado con una antorcha de propano. Estuvo allГ hasta el momento en el que se escapГі y volГі la casa a pedazos con el propio propano de Peterson.
VacilГі por un segundo ya que se encontrГі conmovida por la memoria. Pero luego se recordГі a sГ misma:
“April estГЎ allГ”.
“Prepárate”, le dijo a Bill.
Bill sacГі su linterna y su arma, y luego caminaron juntos hacia la casa.
Cuando Riley llegГі al porche, vio que las ventanas estaban cerradas con tablas. No tenГa intenciГіn de tocar la puerta esta vez. No querГa que Joel, ni cualquier otra persona que estuviera adentro, se enterara de su llegada.
IntentГі el pomo, y este se moviГі. Pero la puerta tenГa un cerrojo de seguridad. SacГі su arma y disparГі, destruyГ©ndolo en el proceso. IntentГі el pomo de nuevo, y la puerta se abriГі esta vez.
Incluso despuГ©s de la oscuridad exterior, sus ojos tuvieron que acostumbrarse a la oscuridad profunda de la sala de estar. La Гєnica luz provenГa de velas dispersas. Iluminaban una escena terrorГfica de basura y escombros, bolsas vacГas de heroГna, jeringas y parafernalia de drogas. Pudo ver unas siete personas, dos o tres de ellas colocГЎndose de pie lentamente despuГ©s del alboroto que Riley habГa causado, el resto aГєn en el suelo o sentadas en sillas en un estupor inducido por drogas. Todas se veГan consumidas y enfermas, y sus ropas estaban sucias y andrajosas.
Riley enfundГі su arma ya que claramente no la necesitaba aГєn.
“¿Dónde está April?”, gritó. “¿Dónde está Joel Lambert?”.
Un hombre que acababa de ponerse de pie dijo: “Arriba”.
Riley hizo su camino hacia las escaleras con Bill detrГЎs de ella, alumbrando con la linterna. Pudo sentir los escalones podridos ceder bajo su peso. Bill y ella llegaron al pasillo ubicado en la parte superior de las escaleras. Tres umbrales habГan sido despojados de sus puertas y estaban visiblemente vacГos. El cuarto umbral todavГa tenГa una puerta, y estaba cerrada.
Riley caminГі hacia la puerta. Bill extendiГі su mano para detenerla.
“Yo entro primero”, dijo.
IgnorГЎndolo, Riley abriГі la puerta y entrГі.
Las piernas de Riley casi cedieron por lo que vio. April estaba acostada en un colchГіn, murmurando “No, no, no” una y otra vez. Se retorcГa dГ©bilmente mientras Joel Lambert trataba de quitarle la ropa. Un hombre familiar con exceso de peso estaba cerca, esperando que Joel terminara su tarea. HabГa una aguja y una cuchara sobre el soporte de la cama.
Riley entendiГі todo en un instante. Joel habГa drogado a April hasta el punto en que estaba casi inconsciente y la estaba ofreciendo como favor sexual a este hombre repulsivo, ya sea por dinero o algГєn otro propГіsito.
SacГі su arma de nuevo y apuntГі a Joel con ella. Estaba luchando contra todos sus impulsos para no dispararle de una vez.
“Aléjate de ella”, dijo con firmeza.
Joel aparentemente entendiГі en el estado mental en el que se encontraba, ya que levantГі los brazos y se alejГі de la cama.
“Esposa a este bastardo”, le dijo Riley a Bill, refiriéndose al otro hombre. “Llévalo al carro. Ya puedes pedir apoyo”.
“Riley, escúchame…”, comenzó a decir Bill.
Riley sabГa lo que Bill estaba pensando. ComprendГa perfectamente que todo lo que Riley querГa era unos minutos a solas con Joel. Era comprensible que estuviera reacio a hacerlo.
AГєn apuntando a Joel con su arma, Riley le dio a Bill una mirada suplicante. Bill asintiГі con la cabeza lentamente, luego caminГі hacia el hombre, le leyГі sus derechos, lo esposГі y lo sacГі de la habitaciГіn.
Riley cerrГі la puerta detrГЎs de ellos. Luego se quedГі parada frente a Joel Lambert, aГєn con su arma apuntada. April se habГa enamorado de este chico. Pero este no era ningГєn adolescente normal. Estaba profundamente involucrado en el trГЎfico de drogas. HabГa drogado a April con la intenciГіn de vender su cuerpo. Esta no era una persona capaz de amar a nadie.
“¿QuГ© crees que vas a hacer?”, dijo. “Yo tengo derechos”. Le sonriГі con superioridad, de la misma forma en la que lo habГa hecho la Гєltima vez que lo habГa visto.
La pistola temblaba un poco en la mano de Riley. TenГa ganas de apretar el gatillo y hacer volar a esta escoria, pero no podГa hacer eso.
NotГі que Joel estaba acercГЎndose a una mesa. Г‰l era grande y un poco mГЎs alto que Riley. Se estaba acercando a un bate de bГ©isbol, que obviamente mantenГa para fines de autodefensa, que estaba inclinado sobre la mesa. Riley reprimiГі una sonrisa sombrГa. ParecГa que estaba a punto de hacer exactamente lo que ella querГa que hiciera.
“Estás arrestado”, dijo.
EnfundГі su arma y alcanzГі las esposas que tenГa en la parte trasera de su cinturГіn. Exactamente como ella esperaba, Joel se lanzГі para alcanzar el bate de bГ©isbol, lo tomГі y tratГі de golpear a Riley con Г©l. EsquivГі el batazo hГЎbilmente y se preparГі para el siguiente golpe.
Esta vez Joel lo alzГі bastante, tratando de meterle un batazo en la cabeza. Pero cuando bajГі su brazo, Riley se agachГі y alcanzГі el otro extremo del bate. LogrГі agarrarlo y quitГЎrselo de un jalГіn. DisfrutГі la mirada sorprendida que vio en su rostro cuando perdiГі el equilibrio.
Joel se agarrГі de la mesa para no caer al piso. Cuando colocГі su mano contra la mesa, Riley logrГі meterle un gran batazo. Pudo oГr sus huesos fracturГЎndose.
Joel dejГі escapar un grito patГ©tico y cayГі al suelo.
“¡Perra loca!”, pensó. “Fracturaste mi mano”.
Riley lo esposГі a un pilar de cama, jadeando del esfuerzo.
“No me quedó de otra”, dijo ella. “Te resististe, y cerré la puerta en tu mano accidentalmente. Lo lamento”.
Riley esposГі su otra mano a la parte inferior de otro pilar de cama. Luego pisГі su mano fracturada fuertemente.
Joel gritГі y se retorciГі. MoviГі sus pies incesablemente, tratando de escapar.
“¡No, no, no!”, gritó.
Riley se agachГі y se acercГі a su rostro, aГєn manteniendo su pie en su lugar.
“¡No, no, no!”, dijo de forma burlona. “¿En dónde fue que escuché esas palabras? ¿En los últimos minutos?
Joel estaba lloriqueando del dolor y del terror.
Riley lo pisГі mГЎs fuertemente.
“¿Quién las dijo?”.
“Tu hija… ella las dijo”.
“¿Dijo qué cosa?”.
“�No, no, no…’”.
Riley bajГі un poco la presiГіn que tenГa sobre su mano.
“¿Y por qué dijo eso?”, preguntó.
Joel apenas podГa hablar a travГ©s de sus sollozos violentos.
“Porque… ella estaba indefensa… y lastimada. Ya entiendo. Ya entiendo”.
Riley quitГі su pie. Por lo visto habГa entendido el mensaje, al menos por ahora. Pero esto era lo mejor, o lo peor, que podГa hacer en estos momentos. MerecГa la muerte, o algo aГєn peor que eso. Pero ella no era capaz de lastimarlo de esa forma. Al menos esa mano nunca le quedarГa igual.
Riley dejГі a Joel esposado y retorciГ©ndose y corriГі hacia su hija. Los ojos de April estaban dilatados, y Riley sabГa que a ella le estaba costando poder ver bien.
“¿Mamá?”, dijo April entre gemidos.
Esa palabra desatГі un mundo de angustia en Riley, asГ que rompiГі a llorar cuando comenzГі a ayudar a April a colocarse la ropa.
“Te sacarГ© de aquГ”, dijo entre sollozos. “Todo va a estar bien”.
Riley solo esperaba que esas palabras fueran ciertas.
CAPГЌTULO UNO
Riley se arrastraba por la tierra en un sГіtano de poca altura hГєmedo que estaba debajo de una casa. Estaba en total oscuridad. Se preguntaba por quГ© no habГa traГdo una linterna. DespuГ©s de todo, habГa estado en este horrible lugar antes.
OyГі la voz de April clamar en la oscuridad de nuevo.
“Mamá, ¿dónde estás?”.
Riley comenzГі a desesperarse. SabГa que April estaba enjaulada en algГєn lugar en medio de esta oscuridad. Estaba siendo torturada por un monstruo despiadado.
“Estoy aquГ”, gritГі Riley en respuesta. “Ya voy. Sigue hablando para asГ poder encontrarte”.
“Estoy aquГ”, gritГі April.
Riley se arrastrГі en esa direcciГіn, pero un momento despuГ©s oyГі la voz de su hija desde otra direcciГіn.
“Estoy aquГ”.
Luego la voz se hizo eco en la oscuridad.
“Estoy aquГ… Estoy aquГ… Estoy aquГ…”.
No era solo una voz, y no era solo una niГ±a. Muchas niГ±as estaban pidiГ©ndole ayuda. Y no tenГa ni la menor idea cГіmo llegar a ellas.
Riley se despertГі de su pesadilla por un apretГіn que sintiГі en su mano. Se habГa quedado dormida sosteniendo la mano de April, y April estaba comenzando a despertar. Riley se sentГі y mirГі a su hija en la cama.
El rostro de April todavГa estaba algo pГЎlido, pero su mano ya no estaba frГa. Se veГa mucho mejor que ayer. La noche que habГa pasado en la clГnica le habГa hecho bien.
April intentГі enfocar sus ojos en Riley. En ese momento vinieron las lГЎgrimas. Riley sabГa que esto sucederГa.
“Mamá, ¿qué hubiese pasado si no hubieses venido?”, dijo April emotivamente.
Riley sintiГі sus propios ojos llenarse de lГЎgrimas. April habГa hecho la misma pregunta un montГіn de veces. Riley no podГa siquiera imaginar la respuesta, y mucho menos decirla en voz alta.
El celular de Riley comenzГі a sonar. Vio que era Mike Nevins, un psiquiatra forense que era su amigo. HabГa ayudado a Riley a superar muchas de sus crisis personales, y estaba agradecida por poder contar con Г©l en esta.
“Solo llamo para ver cómo están las cosas”, dijo Mike. “Espero que este no sea un mal momento”.
A Riley le alegraba oГr la voz tranquilizadora de Mike.
“Para nada, Mike. Gracias por llamar”.
“¿Cómo está?”.
“Creo que está mejor”.
Riley no sabГa que hubiera hecho sin la ayuda de Mike. DespuГ©s de haber rescatado a April de las garras de Joel, el resto del dГa de ayer habГa sido un caos de urgencias, tratamientos mГ©dicos e informes policiales. Mike habГa organizado todo para que April pudiera pasar la noche en el Centro de Salud y RehabilitaciГіn Corcoran.
Era mucho mejor que estar en el hospital. Incluso con todo el equipamiento necesario, la habitaciГіn era atractiva y cГіmoda. Riley podГa ver ГЎrboles en jardines bien cuidados por la ventana.
En ese momento, el mГ©dico de April entrГі en la habitaciГіn. Riley finalizГі la llamada justo cuando el Dr. Ellis Spears llegГі al lado de la cama. Era un hombre de aspecto bondadoso con un rostro joven, pero con ciertas canas que delataban su edad.
Tocó la mano de April y le preguntó: “¿Cómo te sientes?”.
“Nada bien”, dijo April.
“Date un poco de tiempo”, respondiГі el mГ©dico. “Vas a estar bien. Srta. Paige, ВїpodrГamos hablar?”.
Riley asintiГі con la cabeza y lo siguiГі hasta el pasillo. El Dr. Spears ojeГі la informaciГіn en su tabla sujetapapeles.
“Ya casi no tiene heroГna en su cuerpo”, dijo. “El muchacho le dio una dosis peligrosa. Afortunadamente, sale del torrente sanguГneo rГЎpidamente. Es probable que no tenga ningГєn otro sГntoma fГsico de abstinencia. La angustia que siente en este momento es mГЎs emocional que fГsica”.
“¿Ella va a…?”. Riley no pudo terminar de formular la pregunta.
Afortunadamente, el mГ©dico entendiГі lo que querГa saber.
“¿Recaer o tener antojos? Es difГcil saberlo. Usar heroГna por primera vez puede sentirse maravilloso. No es una adicta en este momento, pero es probable que no olvide esa sensaciГіn. Existe el riesgo de que se sienta atraГda por el resplandor que le generó”.
Riley comprendiГі lo que el mГ©dico querГa decir con eso. De ahora en adelante, serГa de vital importancia mantener a April lejos de cualquier posible uso de drogas. Era espeluznante el solo pensarlo. April habГa admitido haber fumado marihuana y tomado pastillas antes. Al parecer, algunas eran analgГ©sicos recetados, opioides muy peligrosos.
“Dr. Spears, yo…”.
A Riley le costГі formular la pregunta que tenГa en mente en ese momento.
“No entiendo quГ© pasó”, dijo. “¿Por quГ© harГa algo asГ?”.
El mГ©dico le sonriГі compasivamente. Riley supuso que escuchaba esta pregunta bastante a menudo.
“Para escapar”, dijo. “Pero no estoy hablando de un escape de su vida entera en sГ. Ella no es ese tipo de usuaria. De hecho, no creo que realmente sea una usuaria en sГ. Como todos los adolescentes, se deja llevar por los impulsos. Es solo cuestiГіn de un cerebro inmaduro. Realmente le gustaba la sensaciГіn a corto plazo que esas drogas le daban. Afortunadamente, no las ha consumido lo suficiente como para ocasionarse a sГ misma algГєn daГ±o duradero”.
El Dr. Spears se quedГі en silencio por unos instantes.
“Su experiencia fue inusualmente traumática”, dijo. “Hablo del hecho de que ese muchacho estaba tratando de explotarla sexualmente. Esa memoria en sà puede ser suficiente para mantenerla alejada de las drogas para siempre. Pero también es posible que la angustia emocional pueda ser un desencadenante peligroso”.
Riley se sintiГі terrible. La angustia emocional parecГa un hecho inevitable en su vida familiar Гєltimamente.
“Tenemos que mantenerla en observaciГіn por unos dГas”, dijo el Dr. Spears. “DespuГ©s de eso, necesitarГЎ de mucho cuidado, reposo y ayuda con autoanГЎlisis”.
El mГ©dico se retirГі y siguiГі sus rondas. Riley se quedГі en el pasillo, sintiГ©ndose y preocupada.
“¿Esto es lo que le sucediГі a Jilly?”, se preguntГі.“¿April podrГa haber terminado como esa niГ±a desesperada?”.
Hace dos meses en Phoenix, Arizona, Riley habГa rescatado a una chica incluso menor que April de la prostituciГіn. Un extraГ±o vГnculo emocional se habГa formado entre ellas, y Riley intentГі mantenerse en contacto con ella despuГ©s de haberla llevado a un refugio para adolescentes. Pero Riley habГa sido notificada hace unos dГas que Jilly habГa huido. Riley llamГі a un agente del FBI y le pidiГі ayuda ya que era incapaz de volver a Phoenix. SabГa que el hombre se sentГa en deuda con ella, y esperaba que se comunicara con ella hoy.
Al menos Riley estaba donde tenГa que estar para April en estos momentos.
Iba de regreso a la habitaciГіn de su hija cuando escuchГі una voz llamar su nombre en el pasillo. Se volviГі y vio el rostro preocupado de su ex marido, Ryan, quien se estaba acercando a ella. Г‰l habГa estado en Minneapolis trabajando en un caso judicial cuando Riley lo habГa llamado para contarle lo que habГa sucedido.
Riley se sintiГі sorprendida al verlo. La hija de Ryan ocupaba un puesto muy bajo en su lista de prioridades, un puesto mucho mГЎs bajo que los que ocupaban su trabajo como abogado y la libertad que ahora estaba disfrutando como soltero. Ni siquiera habГa estado segura de que fuera a ver a April.
Se apresurГі a Riley y la abrazГі. Su rostro estaba lleno de inquietud.
“¿Cómo está? ¿Cómo está?”.
Ryan seguГa repitiendo la misma pregunta, haciГ©ndole mГЎs difГcil a Riley el responder.
“Estará bien”, logró decir Riley finalmente.
Ryan dejГі de abrazarla y la mirГі con ojos llenos de angustia.
“Lo siento”, dijo. “Lo siento mucho. Me dijiste que April estaba teniendo problemas, pero no te escuché. Debà haber estado aquà para las dos”.
Riley no sabГa quГ© decir. Ryan no solГa disculparse. De hecho, habГa esperado que le echara la culpa por lo sucedido. Siempre habГa sido su forma de lidiar con las crisis familiares. Al parecer, lo que le habГa sucedido a April habГa sido lo suficientemente serio como para afectarle. Seguramente ya habГa hablado con el mГ©dico y estaba enterado de todo el terrible asunto.
Г‰l asintiГі con la cabeza hacia la puerta.
¿Puedo verla?”, preguntó.
“Por supuesto”, dijo Riley.
Riley se quedГі parada en el umbral y vio como Ryan corriГі a la cama de April y la tomГі en sus brazos. AbrazГі a su hija fuertemente por unos momentos. Riley creyГі verlo sollozar. Luego se sentГі al lado de April y tomГі su mano.
April estaba llorando otra vez.
“Ay papá, esta vez me equivoqué feo”, dijo. “Ves, estaba pasando por algo con un chico…”.
Ryan le tocГі los labios para callarla.
“Shh. No tienes que contármelo. Todo está bien”.
Riley sintiГі un nudo en la garganta. De repente, por primera vez en mucho tiempo, sintiГі que los tres eran una familia. ВїEso era algo bueno o algo malo? ВїEra una seГ±al de tiempos mejores por venir, o simplemente acabarГa decepcionada y angustiada de nuevo? No tenГa ni idea.
Riley observГі desde el umbral a Ryan acariciar el pelo de su hija suavemente, y a April cerrar los ojos y relajarse. Esta escena era bastante conmovedora.
“¿Cuándo se descarrilaron las cosas?”, se preguntó.
Se encontrГі deseando poder devolver el tiempo a algГєn momento crucial cuando habГa cometido algГєn terrible error para poder hacer las cosas distintas para que todo esto nunca hubiera sucedido. Se sentГa bastante segura de que Ryan estaba pensando lo mismo.
Era un pensamiento irГіnico, y ella lo sabГa. El asesino que habГa abatido anteayer habГa estado obsesionado con los relojes, y posГі a sus vГctimas como las manecillas de una esfera de reloj. Y ahora tenГa ganas de poder cambiar el tiempo.
“Si tan solo pudiera haber mantenido a Peterson lejos de ella”, pensГі con un escalofrГo.
Como Riley, April habГa sido enjaulada y atormentada por ese monstruo sГЎdico y su antorcha de propano. La pobre muchacha habГa estado luchando con TEPT desde entonces.
Pero la verdad era que este problema era mucho mГЎs grande.
“Si Ryan y yo nunca nos hubiéramos divorciado, tal vez esto nunca hubiera pasado”, pensó.
Pero ВїcГіmo podrГa haber evitado eso? Ryan habГa sido distante tanto como marido como padre, y de paso era un mujeriego. No es que ella le echaba la culpa por todo. Ella tambiГ©n habГa cometido errores. Nunca habГa logrado equilibrar bien su trabajo como agente del FBI con su papel como madre. Y no se habГa percatado del montГіn de seГ±ales de advertencia que indicaban que April estaba en problemas.
Su tristeza se intensificГі. No, no podГa pensar en un solo momento en particular en el que podrГa haberlo cambiado todo. Su vida habГa sido un sinfГn de errores y oportunidades perdidas. AdemГЎs, sabГa perfectamente que no podГa devolver el tiempo. No tenГa sentido aГ±orar lo imposible.
SaliГі al pasillo cuando su telГ©fono sonГі. Su corazГіn latiГі con fuerza cuando vio que la llamada era de Garrett Holbrook, el agente del FBI que se habГa encargado de buscar a Jilly.
“¡Garrett!”, exclamó cuando contestó. “¿Qué ha pasado?”.
Garrett respondiГі con su tono monГіtono caracterГstico.
“Tengo buenas noticias”.
Riley comenzГі inmediatamente a respirar mejor.
“La policГa la recogió”, dijo Garrett. “HabГa pasado toda la noche en la calle sin dinero y sin un lugar a dГіnde ir. La cogieron robando en una tienda. Estoy con ella en la comisarГa. PagarГ© su fianza, pero…”.
Garrett se quedГі callado por un momento. A Riley no le gustГі como habГa sonado ese “pero”.
“Tal vez deberГa comunicГЎrtela”, dijo.
Riley oyГі el sonido familiar de la voz de Jilly unos segundos mГЎs tarde.
“Hola, Riley”.
Ahora que el pГЎnico de Riley estaba menguando, estaba empezando a enojarse.
“No me digas �hola’. ¿Por qué huiste? ¿En qué estabas pensando?”.
“No volveré a ese lugar”, dijo Jilly.
“SГ, sГ lo harГЎs.”
“Por favor no me hagas volver”.
Riley no respondiГі. No sabГa quГ© decir. SabГa que el refugio en donde Jilly se habГa estado quedando era un lugar bueno y enriquecedor. Riley habГa conocido a algunos miembros del personal que habГan sido bastante serviciales.
Pero Riley tambiГ©n entendГa cГіmo Jilly se sentГa. La Гєltima vez que habГan hablado, Jilly le habГa dicho que nadie la querГa y que los padres adoptivos seguГan pasГЎndola por alto.
“No les gusta mi pasado”, le habГa dicho Jilly.
La conversaciГіn habГa terminado mal, Jilly le habГa rogado a Riley que la adoptara. Riley habГa sido incapaz de explicarle las mil y una razones por las cuales eso era imposible. Esperaba que esta conversaciГіn no terminara de la misma forma.
Antes de que Riley pudiera pensar en qué decir, Jilly dijo: “Tu amigo quiere hablar contigo”.
Riley oyГі la voz de Garrett Holbrook de nuevo.
“Ella sigue diciendo que no volverГЎ al refugio. Pero tengo una idea. Una de mis hermanas, Bonnie, estГЎ considerando adoptar. Estoy seguro de que ella y su esposo estarГan felices de adoptar a Jilly. Bueno, si Jilly…”.
Garrett fue interrumpido por chillidos de placer de Jilly, que seguГa gritando “¡SГ, sГ, sГ!” una y otra vez.
Riley sonriГі. Era justo lo que necesitaba en este momento.
“Me parece bien, Garrett”, dijo. “Hazme saber cómo sale todo. Muchas gracias por toda tu ayuda”.
“No te preocupes”, dijo Garrett.
Finalizaron la llamada. Riley caminГі hacia el umbral de nuevo y vio que Ryan y April estaban conversando despreocupadamente. Las cosas parecГan estar mucho mejor. A pesar de todos sus errores, le habГan dado a April una vida mucho mejor que la que muchos otros niГ±os habГan tenido.
Justo entonces sintió una mano en su hombro y oyó una voz decir: “Riley”.
Ella se volviГі y vio el rostro amable de Bill. A lo que se alejГі del umbral para hablar con Г©l, Riley no pudo evitar mirar a su ex esposo y volver a mirar a Bill una y otra vez. Incluso en su estado actual de angustia, Ryan parecГa el abogado exitoso que era. Su pelo rubio, buena apariencia y sus buenos modales le abrГan puertas en todas partes. Bill se parecГa mucho mГЎs a Riley. Su pelo oscuro tenГa algunas canas y era mГЎs sГіlido y mucho mГЎs arrugado que Ryan. Pero Bill era competente en sus propias ГЎreas de experiencia y ella podГa depender de Г©l.
“¿Cómo está?”, preguntó Bill.
“Mucho mejor. ¿Qué ha pasado con Joel Lambert?”.
Bill negГі con la cabeza.
“Ese desgraciado es todo un personaje”, dijo. “Al menos está hablando. Dice que conoció a unos chicos que se ganaron un montón de dinero a costillas de chicas jóvenes, y se le ocurrió intentarlo. No está nada arrepentido, es tremendo sociópata. De todos modos, definitivamente será condenado y tendrá que ir a la cárcel. Probablemente hará un trato negociado”.
Riley frunciГі el ceГ±o. Odiaba los tratos negociados. Y este era especialmente perturbador.
“Sé cómo te sientes al respecto”, dijo Bill. “Pero yo creo que contará muchas cosas y nos ayudará a encerrar a muchos bastardos. Eso es bueno”.
Riley asintiГі. Lo bueno era que al menos lograrГan sacarle algГєn provecho a este terrible calvario. TenГa que hablar con Bill de algo, pero no sabГa muy bien por dГіnde empezar.
“Bill, respecto a mi regreso al trabajo…”.
Bill le dio unas palmaditas en el hombro.
“No tienes que decГrmelo”, dijo. “No puedes trabajar en casos por algГєn tiempo. Necesitas tomar algГєn tiempo libre. No te preocupes, yo lo entiendo. Todos en QuГЎntico tambiГ©n lo entenderГЎn. TГіmate todo el tiempo que necesites”.
MirГі su reloj.
“Tengo prisa, disculpa…”.
“Anda”, dijo Riley. “Y gracias por todo”.
Ella abrazГі a Bill, y Г©l se fue. Riley se quedГі en el pasillo, pensando en el futuro cercano.
“TГіmate todo el tiempo que necesites”, le habГa dicho Bill.
Sin embargo, no serГa tarea fГЎcil. Lo que habГa sucedido con April era un recordatorio de todo el mal que habitaba en el mundo, y su trabajo era acabar con el mal. Y si habГa aprendido una cosa en la vida, era que el mal nunca descansaba.
CAPГЌTULO DOS
Siete semanas mГЎs tarde
Cuando Riley llegГі a la oficina del psicГіlogo, encontrГі a Ryan sentado solo en la sala de espera.
“¿Dónde está April?”, preguntó.
Ryan seГ±alГі una puerta cerrada.
“EstГЎ con la Dra. Sloat”, dijo con intranquilidad. “TenГan que hablar de algo a solas. DespuГ©s tenemos que entrar nosotros”.
Riley suspirГі y se sentГі en una silla cercana. Ella, Ryan y April habГan pasado muchas horas emocionalmente exigentes en este consultorio en estas semanas. Esta serГa su Гєltima sesiГіn con la psicГіloga antes de que tomaran un descanso para las fiestas navideГ±as.
La Dra. Sloat habГa insistido en el hecho de que toda la familia tuviera una participaciГіn activa en la recuperaciГіn de April. HabГa sido arduo para todos. Pero, para el alivio de Riley, Ryan habГa participado plenamente en el proceso. HabГa asistido a todas las sesiones a las que habГa podido, e incluso habГa reducido su carga laboral para dejar mГЎs tiempo para esto. Hoy habГa ido a buscar a April a la escuela y la habГa traГdo a la oficina.
Riley estudiГі la cara de su ex esposo mientras miraba fijamente la puerta de la oficina. En muchos sentidos, se veГa muy cambiado. No hace mucho habГa sido desatento hasta el punto de ser mal padre. Siempre habГa insistido que Riley era la culpable de todos los problemas de April.
Pero el consumo de drogas de April y lo cerca que se habГa encontrado de la prostituciГіnВ habГan cambiado a Ryan. April llevaba seis semanas en la casa de Riley. Ryan la habГa visitado bastante y hasta habГan celebrado el DГa de AcciГіn de Gracias como familia. A veces parecГan una familia funcional.
Pero Riley se seguГa recordando a sГ misma que nunca habГan sido una familia funcional.
“¿Eso podrГa cambiar ahora?”, se preguntГі. “¿Siquiera quiero que esto cambie?”.
Riley se sentГa dividida, incluso un poco culpable. Llevaba tiempo intentando aceptar que Ryan probablemente no formarГa parte de su futuro. Tal vez incluso podrГa tener a otro hombre en su vida.
Siempre habГa existido alguna atracciГіn entre ella y Bill, pero ellos tambiГ©n peleaban de vez en cuando. AdemГЎs, su relaciГіn profesional ya exigГa bastante, y el romance de seguro complicarГa las cosas aГєn mГЎs.
Su vecino amable y atractivo, Blaine, parecГa un mejor candidato, sobre todo porque su hija, Crystal, era amiga de April.
AГєn asГ, en tiempos como estos, Ryan casi parecГa ser el mismo hombre del que se habГa enamorado hace todos esos aГ±os. ВїCГіmo progresarГan las cosas? Simplemente no lo sabГa.
La puerta del consultorio se abriГі y la Dra. Lesley Sloat saliГі.
“Ya pueden unirse a la sesión”, dijo con una sonrisa.
A Riley le agradaba la psicГіloga bajita, robusta y amable, y era obvio que tambiГ©n le agradaba a April.
Riley y Ryan entraron en el consultorio y se sentaron en un par de sillas cГіmodas. Estaban en frente a April, quien estaba sentada en un sofГЎ al lado de la Dra. Sloat. April estaba sonriendo dГ©bilmente. La Dra. Sloat asintiГі con la cabeza para que comenzara a hablar.
“PasГі algo esta semana”, dijo April. “Es un poco difГcil hablar del tema…”.
La respiraciГіn de Riley se acelerГі y sintiГі su corazГіn comenzar a latir con fuerza.
“Tiene que ver con Gabriela”, dijo April. “Tal vez ella deberГa estar aquГ para hablar de esto tambiГ©n, pero no estГЎ, asГ que…”.
Su voz se quebrГі.
Esto sorprendiГі a Riley. Gabriela era una mujer guatemalteca robusta y de mediana edad que habГa sido la criada de la familia durante aГ±os. Se habГa mudado con Riley y April y era otro miembro de la familia.
April respirГі profundamente y continuГі: “Hace unos dГas, ella me dijo algo que no les contГ©. Pero creo que deberГan saberlo. Gabriela me dijo que tenГa que irse”.
“¿Por qué?”, exclamó Riley.
Ryan se veГa confundido. “¿No le estГЎs pagando lo suficiente?”, preguntГі.
“Es por mГ”, dijo April. “Me dijo que no podГa mГЎs. Dijo que era demasiada responsabilidad para ella tener que cerciorarse de que no me hiciera daГ±o o intentara suicidarme”.
April hizo una pausa. Sus ojos se llenaron de lГЎgrimas.
“Dijo que era demasiado fГЎcil para mГ escaparme de casa sin que ella se diera cuenta. No podГa dormir pensando en si me estaba poniendo en peligro o no en ese mismo momento. Dijo que se mudarГa de la casa inmediatamente”.
Riley se sintiГі muy alarmada. No habГa tenido ni idea que Gabriela habГa estado pensando esas cosas.
“Le rogué que no se fuera”, dijo April. “Ambas estábamos llorando. Pero no logré hacerla cambiar de parecer, y estaba aterrorizada”.
April ahogГі un sollozo y se limpiГі los ojos con un paГ±uelo.
“MamГЎ, hasta me puse de rodillas”, dijo April. “PrometГ nunca jamГЎs hacerla sentir de esa forma de nuevo. Finalmente… finalmente me abrazГі y dijo que no se irГa siempre y cuando cumpliera con mi promesa.В Y lo harГ©. Realmente lo harГ©. MamГЎ, papГЎ, nunca jamГЎs harГ© que ustedes se preocupen por mГ de esa forma de nuevo”.
La Dra. Sloat le dio unas palmaditas en su mano y les sonriГі a Riley y a Ryan.
Ella dijo: “Creo que lo que April está tratando de decir es que ella dio un giro”.
Riley vio a Ryan sacar un paГ±uelo y secarse las lГЎgrimas. Lo habГa visto llorar muy pocas veces, pero ella entendГa cГіmo se sentГa. Se llenГі de sentimiento en ese momento. HabГa sido Gabriela, no Riley ni Ryan, la que habГa hecho que April lograra entender las cosas finalmente.
Sin embargo, Riley se sentГa increГblemente agradecida por el hecho de que su familia estarГa unida esta Navidad. IgnorГі el temor que acechaba en lo profundo de su ser, esa horrible sensaciГіn de que los monstruos en su vida le arrebatarГan sus festividades.
CAPГЌTULO TRES
Cuando Shane Hatcher entrГі en la biblioteca de la prisiГіn el dГa de Navidad, el reloj de pared indicГі que faltaban dos minutos para la hora.
“Perfecto”, pensó.
Se escaparГa de prisiГіn en pocos minutos.
Le divirtiГі ver decoraciones de Navidad en todas partes, todas hechas de poliestireno extruido. Hatcher habГa pasado muchas fiestas navideГ±as en Sing Sing, y la idea de tratar de evocar el espГritu festivo en este lugar siempre le habГa parecido absurda. Casi se rio en voz alta cuando vio a Freddy, el bibliotecario taciturno, con un sombrero rojo de PapГЎ Noel.
Sentado en su escritorio, Freddy se volviГі hacia Г©l y le sonriГі. Esa sonrisa le dijo a Hatcher que todo saldrГa bien. Hatcher asintiГі con la cabeza y le devolviГі la sonrisa. Luego Hatcher caminГі hacia dos estantes y esperГі.
Justo cuando el reloj marcГі la hora, Hatcher escuchГі el sonido de la puerta del muelle de carga abriГ©ndose al otro extremo de la biblioteca. En pocos momentos entrГі un camionero empujando un gran contenedor de plГЎstico. La puerta del muelle se cerrГі ruidosamente detrГЎs de Г©l.
“Qué tienes para mà esta semana, Bader?”, preguntó Freddy.
“¿Qué crees que tengo?”, contestó el camionero. “Libros, libros y más libros”.
El camionero mirГі en la direcciГіn de Hatcher, y luego se dio la vuelta. El camionero obviamente estaba enterado del plan. A partir de ese momento, tanto el camionero como Freddy trataron a Hatcher como si no estuviera allГ en absoluto.
“Excelente”, pensó Hatcher.
Bader y Freddy descargaron los libros en una mesa de acero con ruedas.
“¿Te apetece una taza de cafГ© en la comisarГa?”, le preguntГі Freddy al camionero. “¿O tal vez rompope? EstГЎn sirviГ©ndolo por la Г©poca navideГ±a”.
“Suena genial”.
Los dos hombres charlaban casualmente mientras desaparecieron por las puertas dobles giratorias de la biblioteca.
Hatcher se quedГі parado allГ por un momento, estudiando la posiciГіn exacta del contenedor. Le habГa pagado a un guardia para que jugara un poco con la cГЎmara de vigilancia durante unos dГas hasta que encontrara un punto ciego en la biblioteca, uno que los guardias que veГan los monitores aГєn no habГan notado. ParecГa que el camionero habГa dado en el clavo perfectamente.
Hatcher saliГі silenciosamente de entre los estantes y se metiГі en el contenedor. El camionero habГa dejado una manta de embalaje pesada y gruesa en el fondo, y Hatcher se cubriГі con ella.
Esta era la Гєnica fase del plan de Hatcher en la que pensaba que algo podГa salir mal. Pero incluso si alguien entraba en la biblioteca, dudaba que se molestaran en mirar dentro del contenedor. Otras personas que normalmente podrГa verificar el camiГіn de los libros tambiГ©n habГan sido sobornadas.
No es que se sentГa nervioso o preocupado. TenГa unas tres dГ©cadas sin sentir tales emociones. Un hombre que no tenГa nada que perder en la vida no tenГa ninguna razГіn por la cual sentir ansiedad o malestar. Lo Гєnico que podrГa despertar su interГ©s era la promesa de lo desconocido.
Se quedГі debajo de la manta, escuchando con atenciГіn. OyГі el reloj de pared marcar el minuto.
“Cinco minutos más”, pensó.
Ese era el plan. Esos cinco minutos le darГan a Freddy una negaciГіn plausible. PodrГa decir que no habГa visto a Hatcher meterse en el contenedor. PodrГa decir que habГa creГdo que Hatcher habГa salido de la biblioteca anteriormente. Cuando pasaran los cinco minutos, Freddy y el conductor volverГan y Hatcher serГa sacado de la biblioteca y llevado lejos de la prisiГіn.
Mientras tanto, Hatcher se permitiГі comenzar a pensar en lo que harГa con su libertad. Recientemente habГa oГdo una noticia que hacГa que el riesgo valiera la pena, incluso hasta que fuera interesante.
Hatcher sonriГі cuando pensГі en otra persona que se interesarГa en su fuga. Deseaba poder ver el rostro de Riley Paige cuando se enterara de que estaba libre.
SoltГі una risita macabra.
SerГa genial verla de nuevo.
CAPГЌTULO CUATRO
Riley vio cuando April abriГі la caja que contenГa el regalo de Navidad que Ryan le habГa comprado. Se preguntГі quГ© tanto sabГa Ryan de los gustos actuales de su hija.
April sonriГі cuando sacГі una pulsera.
“¡Es hermosa, papá!”, dijo ella, dándole un beso en el cachete.
“Me han dicho que está de moda”, dijo Ryan.
“¡Es verdad!”, exclamó April. “¡Gracias!”.
Luego le guiГ±Гі a Riley, y ella reprimiГі una risita. Hace apenas unos dГas, April le habГa dicho a Riley lo mucho que odiaba esas pulseras ridГculas que todas las chicas estaban llevando. A pesar de eso, April estaba haciendo un gran trabajo de actuar emocionada.
Por supuesto, Riley sabГa que no todo era una actuaciГіn. PodГa ver que April estaba contenta por el hecho de que su padre por lo menos habГa hecho un esfuerzo por comprarle un regalo de Navidad que le gustara.
Riley sentГa lo mismo por la cartera costosa que Ryan le habГa comprado. No era su estilo en absoluto, y jamГЎs la usarГa, excepto cuando supiera de que Ryan irГa a su casa. Y quizГЎs Ryan se sentГa exactamente igual sobre la cartera que ella y April le habГan comprado.
“Estamos tratando de ser una familia otra vez”, pensó Riley.
Y en ese momento sentГan que estaban teniendo Г©xito.
Era la maГ±ana de Navidad, y Ryan habГa venido a pasar el dГa con ellas. Riley, April, Ryan y Gabriela estaban sentados cerca de la chimenea bebiendo chocolate caliente. El delicioso olor de la gran cena de Navidad que Gabriela estaba preparando venГa de la cocina.
Riley, April y Ryan llevaban las bufandas que Gabriela les habГa hecho, y Gabriela llevaba las pantuflas acolchadas que April y Riley le habГan comprado.
En ese momento sonГі el timbre, y Riley fue a ver quiГ©n era. Su vecino, Blaine, y su hija adolescente, Crystal, estaban en la puerta.
Riley se sintiГі encantada e inquieta al verlos. En el pasado, Ryan habГa mostrado celos por Blaine, y Riley tenГa que admitir que Ryan tenГa un poco de razГіn. La verdad era que le parecГa un poco atractivo.
Riley no pudo evitar compararlo a Bill y a Ryan. Blaine era un poco menor que ella, era robusto y esbelto, y le gustaba el hecho de que no era lo suficientemente vanidoso como para disfrazar sus entradas.
“¡Pasen adelante!”, exclamó Riley.
“Lo siento, no puedo”, dijo Blaine. “Tengo que ir al restaurante. Crystal sà se va a quedar”.
Blaine era el dueГ±o de un restaurante popular que quedaba en el centro de la ciudad. Riley no deberГa sentirse sorprendida por el hecho de que estaba abierto el dГa de Navidad. La cena navideГ±a que El Grill de Blaine estaba sirviendo hoy de seguro era deliciosa.
Crystal entrГі rГЎpidamente y se uniГі al grupo en la chimenea. Ella y April inmediatamente abrieron los regalos que habГan comprado la una para la otra entre risas.
Riley y Blaine intercambiaron sus tarjetas de Navidad discretamente, y luego Blaine se fue. Riley notГі que Ryan se veГa un poco amargado cuando se sumГі nuevamente al grupo. Riley guardГі la tarjeta sin abrirla. La abrirГa despuГ©s de que Ryan se fuera.
“Mi vida sin duda es complicada”, pensГі. Pero su vida estaba empezando a sentirse como una casi normal, una versiГіn de vida que ella podrГa disfrutar.
*
Los pasos de Riley hicieron eco en un gran cuarto oscuro. De repente oyГі el sonido de los interruptores. Las luces se encendieron y la cegaron por unos segundos.
Riley se encontrГі en el pasillo de lo que parecГa ser un museo de cera lleno de exhibiciones espeluznantes. A su derecha estaba el cadГЎver de una mujer desnuda, extendida como una muГ±eca contra un ГЎrbol. A su izquierda estaba una mujer muerta envuelta en cadenas y colgando de un poste de luz. Una exhibiciГіn mostraba los cadГЎveres de varias mujeres con sus brazos atados a sus espaldas. Otra mГЎs allГЎ mostraba varios cuerpos muertos y desnutridos con sus miembros dispuestos grotescamente.
Riley reconocГa todas las escenas. Eran todos los casos en los que habГa trabajado en el pasado. HabГa entrado en su cГЎmara personal de horrores.
Pero ВїquГ© estaba haciendo allГ?
Justo entonces oyГі una voz gritar.
“Riley, ¡ayúdame!”.
MirГі hacia adelante y vio la silueta de una niГ±a sosteniendo sus brazos en sГєplica desesperada.
Se parecГa a Jilly. Estaba en problemas otra vez.
Riley corriГі hacia ella. Pero otra luz se encendiГі en ese momento y le mostrГі que esa silueta no era la de Jilly.
Era la de un hombre canoso que llevaba el uniforme de gala de un coronel de la Marina.
Era el padre de Riley. Y se estaba burlando de su error.
“No esperabas encontrar a alguien vivo, ¿o s�”, dijo. “Tú no ayudas a nadie, excepto a los muertos. ¿Cuántas veces debo decirte eso?”.
Riley estaba desconcertada. Su padre habГa muerto meses atrГЎs. Ella no lo extraГ±aba. Se esforzaba por ni siquiera pensar en Г©l. HabГa sido un hombre difГcil que solo le habГa causado daГ±o.
“¿Qué estás haciendo aqu�”, preguntó Riley.
“Estoy de paso”, dijo antes de dejar escapar una risita. “Viéndote arruinarte la vida de nuevo. Igual que siempre, por lo que veo”.
Riley querГa tirГЎrsele encima. QuerГa golpearlo con todas sus fuerzas. Pero se encontrГі congelada en su lugar.
Luego oyГі un zumbido fuerte.
“Quisiera poder quedarme para conversar”, dijo. “Pero tienes que encargarte de otros asuntos”.
El zumbido se volviГі mГЎs y mГЎs fuerte. Su padre se dio la vuelta y se alejГі.
“Nunca le hiciste nada bueno a nadie”, dijo. “Ni siquiera a ti misma”.
Los ojos de Riley se abrieron de golpe. Se dio cuenta de que su telГ©fono estaba sonando. Eran las seis de la maГ±ana.
Ella vio que la llamada era de QuГЎntico. Una llamada a esa hora tenГa que significar algo terrible.
ContestГі el telГ©fono y escuchГі la voz del jefe de su equipo, el agente especial encargado Brent Meredith.
“Agente de Paige, te necesito en mi oficina ahora mismo”, dijo. “Considéralo una orden”.
Riley se frotГі los ojos.
“¿Qué sucede?”, preguntó.
Hubo una breve pausa.
“Tendremos que discutirlo en persona”, dijo.
FinalizГі la llamada. Por un momento, Riley se preguntГі si podrГa ser una reprimenda por su comportamiento. Pero no, habГa estado fuera de servicio desde hace meses. Una llamada de Meredith solo podГa significar una cosa.
“Es un caso”, pensó Riley.
No la llamarГa en un dГa festivo por cualquier otra razГіn.
Y, por el tono de voz de Meredith, sabГa que esto era grande, incluso hasta transformador.
CAPГЌTULO CINCO
Riley se sintiГі mГЎs atemorizada a lo que entrГі al edificio de la UAC. Cuando llegГі a la oficina de Brent Meredith, vio que su jefe estaba en su escritorio esperГЎndola. Un hombre grande con caracterГsticas angulares y afroamericanas, Meredith siempre habГa tenido una presencia imponente. Ahora tambiГ©n se veГa preocupado.
Bill estaba allГ tambiГ©n. Riley pudo notar por su expresiГіn que todavГa no sabГa la razГіn de esta reuniГіn.
“Siéntate, agente Paige”, dijo Meredith.
Riley se sentГі en una de las sillas.
“Lamento interrumpir tus festividades”, le dijo Meredith a Riley. “Tenemos tiempo sin hablar. ¿Cómo te has sentido?”.
Esto sorprendiГі a Riley. No era el estilo de Meredith iniciar una reuniГіn de esta manera, con una disculpa y una consulta sobre su bienestar. Г‰l normalmente iba directo al grano. Obviamente sabГa que habГa estado de licencia debido a la crisis de April. Riley entendiГі que Meredith estaba realmente preocupado por ella. AГєn asГ, esto le pareciГі extraГ±o.
“Estoy mejor, gracias por preguntar”, dijo.
“¿Y tu hija?”, preguntó Meredith.
“Se está recuperando bien, gracias”, dijo Riley.
Meredith se quedГі mirГЎndola fijamente por un momento.
“Espero que estés lista para volver a trabajar”, dijo Meredith. “Porque te necesitamos mucho en este caso”.
La mente de Riley estaba dando vueltas.
Finalmente, Meredith dijo: “Shane Hatcher se ha fugado del Centro Penitenciario Sing Sing”.
Esas palabras fueron como una cachetada para Riley. Se sentГa aliviada de que estaba sentada.
“Dios mГo”, dijo Bill, viГ©ndose igual de sorprendido que ella.
Riley conocГa bien a Shane Hatcher, demasiado bien para su propio gusto. HabГa estado cumpliendo una cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional desde hace dГ©cadas. Durante su tiempo en prisiГіn, se habГa vuelto un experto en criminologГa. HabГa publicado artГculos en revistas acadГ©micas y habГa dado clase en los programas acadГ©micos de la cГЎrcel. Riley lo habГa visitado en Sing Sing varias veces en bГєsqueda de asesoramiento sobre casos actuales.
Las visitas siempre habГan sido perturbadoras. Hatcher parecГa sentir una gran simpatГa por ella. Y Riley sabГa que se sentГa muy fascinada por Г©l. Le parecГa que probablemente era el hombre mГЎs inteligente que jamГЎs habГa conocido, y probablemente tambiГ©n el mГЎs peligroso.
HabГa jurado no regresar jamГЎs despuГ©s de cada visita. Ahora recordГі muy bien la Гєltima vez que habГa estado en Sing Sing.
“No volverГ© aquГ a verte nuevamente”, le habГa dicho Riley.
“Puede que no tengas que hacerlo”, le habГa respondido.
Ahora esas palabras le parecГan inquietantemente profГ©ticas.
“¿Cómo se escapó?”, le preguntó Riley a Meredith.
“No tengo muchos detalles”, dijo Meredith. “Pero, como probablemente ya sabes, pasaba mucho tiempo en la biblioteca de la prisiГіn, y a menudo trabajaba allГ como ayudante. Estuvo allГ ayer cuando llegaron unos libros. DebiГі haberse escapado en el camiГіn que habГa traГdo los libros. Ayer por la noche, justo cuando los guardias se dieron cuenta que no estaba, el camiГіn fue hallado abandonado a unas pocas millas a las afueras de Ossining. No vieron al chofer por ningГєn lado”.
Meredith se quedГі callado de nuevo. A Riley le resultaba fГЎcil creer que Hatcher habГa planificado todo esto. Riley no querГa ni siquiera pensar en lo que le habГa sucedido al chofer.
Meredith se inclinГі en su escritorio y se acercГі a Riley.
“Agente Paige, conoces a Hatcher tal vez más que cualquier otra persona. ¿Qué puedes decirnos de él?”.
Riley respirГі profundamente, ya que aГєn estaba sobresaltada por estas noticias.
Ella dijo: “En su juventud, Hatcher fue un pandillero en Siracusa. Fue inusualmente cruel, incluso para un criminal curtido. La gente lo llamaba �Shane de las Cadenas’ porque le gustaba matar a sus adversarios con cadenas”.
Riley hizo una pausa, recordando lo que Shane le habГa dicho.
“Un cierto policГa se fijГі la misiГіn personal de acabar con Г©l. Hatcher se vengГі, pulverizГЎndolo con cadenas para llantas. DejГі su cuerpo en su porche delantero para que su esposa y sus hijos lo encontraran. AllГ fue cuando lo atraparon. Lleva treinta aГ±os en prisiГіn. Se suponГa que no saldrГa jamГЎs”.
Hubo un momento de silencio.
“Tiene cincuenta y cinco años ahora”, dijo Meredith. “Creo que no es tan peligroso como lo era cuando joven, ya que lleva treinta años en prisión”.
Riley negГі con la cabeza.
“Pues estás equivocado”, dijo. “En aquel entonces, solo era un pandillero ignorante. No estaba consciente de todo su potencial. Pero con los años ha adquirido muchos conocimientos. Él sabe que es un genio. Y nunca se ha visto arrepentido por sus acciones. Más bien se ha convertido en tremendo personaje. Y se ha comportado en la cárcel, asà que eso le ha permitido obtener privilegios, aunque no lo ha ayudado a reducir su sentencia. Pero estoy segura de que es más feroz y peligroso que nunca”.
Riley analizГі las cosas por un momento. Algo la estaba molestando, pero no podГa descifrar lo que era.
“¿Alguien sabe el por qué?”, preguntó.
“¿El porqué de qué?”, preguntó Bill.
“De su fuga”.
Bill y Meredith intercambiaron miradas perplejas.
“¿Por qué cualquier persona se escapa de la prisión?”, preguntó Bill.
Riley entendiГі lo extraГ±a que habГa sonado su pregunta. RecordГі la vez que Bill fue con ella a hablar con Hatcher.
“Bill, tú lo conociste”, dijo ella. “¿Te pareció que estaba insatisfecho? ¿Inquieto?”.
Bill frunciГі el ceГ±o, reflexionando.
“No, realmente parecГa…”.
Su voz se quebrГі.
“¿Bien?”, dijo Riley, terminando su oración. “La prisión le sienta bien. Nunca tuve la sensación de que haya ansiado su libertad. Él parece no estar apegado a nada. Creo que no desea nada. La libertad no le ofrece nada de lo que él quiere. Y ahora está fugado, es un hombre buscado. Asà que ¿por qué decidió escapar? ¿Y por qué ahora?”.
Meredith tamborileГі los dedos sobre su escritorio.
“¿Cómo dejaron las cosas la última vez que lo viste?”, preguntó. “¿Todo fue amistoso?”.
Riley apenas logrГі reprimir una sonrisa irГіnica.
“Nunca es amistoso”, dijo.
Después de una pausa, añadió: “Entiendo tu punto. Te estás preguntando si soy su blanco”.
“¿Es eso posible?”, preguntó Bill.
Riley no respondiГі. RecordГі lo que Hatcher le habГa dicho de nuevo.
“Puede que no tengas que hacerlo”.
ВїHabГa sido una amenaza? Riley no lo sabГa.
Meredith dijo: “Agente Paige, no necesito decirte que este caso serГЎ polГ©mico e importante. La prensa ya se enterГі de esto. Las fugas de prisiГіn siempre son grandes noticias. Pueden incluso provocar pГЎnico en el pГєblico. Tenemos que detenerlo ahora mismo. Quisiera que no tuvieras que volver para un caso tan peligroso y difГcil. ВїTe sientes preparada? ВїSientes que puedes con esto?”.
Riley sintiГі un cosquilleo extraГ±o a lo que analizГі la pregunta. Era una sensaciГіn que jamГЎs habГa sentido antes de tomar un caso. Le tomГі un momento darse cuenta de que esa sensaciГіn era miedo.
Pero no temГa por su propia seguridad. Era algo mГЎs que eso. Era algo totalmente innombrable e irracional. QuizГЎs era el hecho de que Hatcher la conocГa tan bien. Por su experiencia, sabГa que todos los presos querГan algo a cambio de informaciГіn. Pero Hatcher no habГa estado interesado en la oferta poco habitual de whisky o cigarrillos. Su compensaciГіn habГa sido simple y profundamente inquietante.
HabГa querido que le contara cosas de sГ misma.
“Algo que no quieres que las personas sepan”, habГa dicho. “Algo que no quieres que nadie mГЎs sepa”.
Riley habГa accedido, tal vez demasiado fГЎcilmente. Ahora Hatcher sabГa todo tipo de cosas sobre ella, como que no era la mejor madre, que odiaba a su padre y que no habГa ido a su funeral, que habГa tensiГіn sexual entre ella y Bill y que a veces le placГa la violencia y matar, al igual que a Hatcher.
RecordГі lo que le habГa dicho en su Гєltima visita.
“Yo te conozco. De alguna forma, te conozco mejor que lo que te conoces tú misma”.
ВїPodrГa realmente competir en ingenios con un hombre asГ? Meredith estaba esperando una respuesta a su pregunta pacientemente.
“Estoy lo mГЎs preparada posible”, dijo, tratando de sonar mГЎs segura de lo que se sentГa.
“Excelente”, dijo Meredith. “¿Cómo debemos proceder?”.
Riley lo pensГі por un momento.
“Bill y yo necesitamos echarle un vistazo a toda la información de Shane Hatcher que la agencia tiene a mano”, dijo.
Meredith asintió y dijo: “Sam Flores ya está preparando todo”.
*
Unos minutos despuГ©s, Riley, Bill y Meredith estaban en la sala de conferencias de la UAC, observando la gran pantalla. Flores era un tГ©cnico de laboratorio que tenГa gafas negras.
“Creo que ya tengo todo lo que querrГan ver”, dijo Flores. “Partida de nacimiento, expedientes de arrestos, transcripciones de la corte”.
Riley notГі que era una exposiciГіn bastante impresionante. Y ciertamente no dejaba mucho a la imaginaciГіn. HabГa varias fotos terribles de las vГctimas asesinadas de Shane Hatcher, incluyendo la del policГa pulverizado en su propio porche.
“¿QuГ© informaciГіn tenemos sobre el policГa que Hatcher matГі?”, preguntГі Bill.
Flores colocГі unas fotos de un policГa.
“Este era el oficial Lucien Wayles, tenГa cuarenta y seis aГ±os cuando muriГі en 1986”, dijo Flores. “Estaba casado y tenГa tres hijos, recibiГі una Medalla de Honor, fue muy querido y respetado. El FBI colaborГі con la policГa local y atraparon a Hatcher solo unos dГas despuГ©s del asesinato de Wayles. Lo asombroso es que no pulverizaron a Hatcher a golpes en ese momento”.
Riley se sintiГі impactada por las fotos del propio Hatcher. Casi no lo reconocГa. Aunque el hombre que conocГa podГa ser intimidante, lograba proyectar un porte respetable, incluso libresco, con un par de anteojos para leer. El joven afroamericano en las fotos policiales de 1986 tenГa un rostro delgado y endurecido, y una mirada cruel y vacГa. A Riley le costГі creer que era la misma persona.
Riley se sentГa insatisfecha, a pesar de lo detallada y completa que era la exposiciГіn. HabГa creГdo que era la persona que mГЎs conocГa a Shane Hatcher. Pero ella no conocГa a este Shane Hatcher, al joven pandillero llamado вЂ?Shane de las Cadenas’.
“Tengo que conocerlo mejor”, pensó.
De lo contrario, dudaba que fuera capaz de atraparlo.
De alguna manera, sintiГі que la pantalla frГa y digital estaba actuando en su contra. Necesitaba algo mГЎs tangible, fotografГas brillantes reales con pliegues y bordes deshilachados, informes y documentos amarillentos y frГЎgiles.
Le preguntГі a Flores: “¿PodrГa echarle un vistazo a los originales?”.
Flores dejГі escapar un resoplido.
“Lo siento, agente Paige, pero eso no es posible. El FBI destruyó todos sus archivos en el 2014. Ahora todo está escaneado y digitalizado. Lo que ves es todo lo que tenemos”.
Riley dejГі escapar un suspiro desanimado. SГ, ya recordГі la destrucciГіn de millones de expedientes. Otros agentes se habГan quejado, pero en aquel entonces a ella no le habГa parecido un problema. En este momento aГ±oraba palpar algo tangible.
Pero ahora lo importante era averiguar el siguiente paso de Hatcher. Se le ocurriГі una idea.
“¿QuiГ©n fue el policГa que atrapГі a Hatcher?”, preguntГі. “Si todavГa estГЎ vivo, lo mГЎs probable es que sea el primer blanco de Hatcher”.
“No fue un policГa local”, dijo Flores. “Fue una oficial”.
ColocГі una foto vieja de una agente.
“Su nombre es Kelsey Sprigge. Fue agente del FBI en la oficina de Siracusa, tenГa treinta y cinco aГ±os de edad en ese entonces. Tiene setenta ahora, estГЎ retirada y vive en Searcy, un pueblo cercano a Siracusa”.
A Riley le sorprendiГі el hecho de que Sprigge fuera mujer.
“Debió haber entrado al FBI…”, comenzó Riley.
“Ella entró en 1972, cuando apenas se estaba enfriando el cadáver de J. Edgar”, dijo Flores.
“En ese momento fue cuando las mujeres finalmente tuvieron permitido convertirse en agentes. HabГa sido policГa local antes de eso”.
Riley estaba impresionada. Kelsey Sprigge habГa vivido mucha historia en carne propia.
“¿Qué puedes decirme sobre ella?”, le preguntó Riley a Flores.
“Bueno, es una viuda con tres hijos y tres nietos”.
“Llama a la oficina de campo del FBI en Siracusa y diles que hagan todo lo posible para mantener a Sprigge segura”, dijo Riley. “Está en grave peligro”.
Flores asintiГі con la cabeza.
Luego se volviГі a Meredith.
“Señor, voy a necesitar un avión”.
“¿Por qué?”, preguntó, confundido.
RespirГі profundamente.
“Shane puede estar en camino para matar a Sprigge ahora mismo”, dijo. “Y quiero llegar a ella primero”.
CAPГЌTULO SEIS
Cuando el jet del FBI pisГі la pista de aterrizaje en el Aeropuerto Internacional de Siracusa Hancock, Riley recordГі algo que su padre le habГa dicho en el sueГ±o de la noche anterior.
“Tú no ayudas a nadie, excepto a los muertos”.
Eso le parecГa paradГіjico. Este quizГЎs era su primer caso en el que nadie habГa sido asesinado aГєn.
“Pero es probable que eso cambie pronto”, pensó.
Estaba especialmente preocupada por Kelsey Sprigge. QuerГa conocer a la mujer en persona y cerciorarse de que estuviera bien. Luego serГa tarea de Riley y Bill asegurarse de que siguiera bien, y eso implicarГa encontrar a Shane Hatcher y regresarlo a la prisiГіn.
Riley vio que habГa viajado a un mundo de verdadero invierno justo cuando el aviГіn se acercГі al terminal. Aunque la pista de aterrizaje estaba despejada, enormes montaГ±as de nieve demostraban la cantidad de trabajo que habГan hecho los arados de nieve.
Todo esto se veГa bastante distinto a Virginia. Riley se dio cuenta en este momento de lo mucho que necesitaba un nuevo reto. HabГa llamado a Gabriela en QuГЎntico para explicarle que estaba en camino para trabajar en un nuevo caso. Gabriela se habГa alegrado mucho por ella y le habГa asegurado de que ella cuidarГa de April.
Cuando el aviГіn se detuvo, Riley y Bill agarraron su equipo y bajaron por las escaleras hacia la pista helada. Cuando sintiГі el choque de aire frГo en su rostro, le alegrГі el hecho de que habГa sido asignada una gran chaqueta en QuГЎntico.
Dos hombres corrieron hacia ellos y se presentaron como los agentes McGill y Newton de la oficina de campo del FBI en Siracusa.
“Estamos aquà para ayudar de cualquier forma posible”, les dijo McGill a Bill y a Riley cuando llegaron al terminal.
Riley le hizo la primera pregunta que le vino a la mente.
“¿Asignaron a unos agentes para que vigilaran a Kelsey Sprigge? ¿Están seguros de que está bien?”.
“Tenemos a algunos policГas locales afuera de su casa en Searcy”, dijo Newton. “Estamos seguros de que estГЎ bien”.
Riley deseaba estar cien por ciento segura.
“EstГЎ bien”, dijo Bill. “Ahora solo necesitamos un vehГculo para poder llegar a Searcy”.
McGill, dijo: “Searcy no queda lejos de Siracusa y las carreteras están despejadas. Trajimos un VUD que pueden utilizar, pero… ¿Están acostumbrados a conducir en inviernos nórdicos?”.
“Siracusa siempre gana el Premio de Oro de la Bola de Nieve”, añadió Newton con orgullo.
“¿Premio de Oro de la Bola de Nieve?”, preguntó Riley.
“Ese es el premio que el estado de Nueva York otorga a la ciudad en la que nieva más”, dijo McGill. “Somos los campeones. Tenemos un trofeo y todo”.
“Tal vez uno de nosotros debe llevarlos”, dijo Newton.
Bill dejó escapar una risita. “Gracias, pero creo que podemos manejarlo. Tuve una asignación en Dakota del Norte hace unos años. Allà conduje bastante en pleno invierno”.
Aunque ella no lo dijo, Riley tambiГ©n se sentГa experimentada en este tipo de conducciГіn. HabГa aprendido a conducir en las montaГ±as de Virginia. AllГ la nieve nunca era tan profunda como aquГ, pero las carreteras nunca eran despejadas tan rГЎpidamente. Probablemente habГa pasado el mismo tiempo en carreteras cubiertas con hielo que cualquiera de los lugareГ±os.
Pero no le molestaba que Bill condujera en absoluto, ya que ahora estaba bastante preocupada por la seguridad de Kelsey Sprigge. Bill tomГі las llaves y comenzaron su camino.
“Tengo que decir que se siente bien trabajar juntos de nuevo”, dijo Bill mientras conducГa. “Es egoГsta de mi parte, supongo. Me gusta trabajar con Lucy, pero no es igual”.
Riley sonriГі. TambiГ©n se sentГa bien trabajar con Bill de nuevo.
“AГєn asГ, una parte de mГ desea que no tuvieras que volver a este caso”, agregГі Bill.
“¿Por qué no?”, preguntó Riley.
Bill negГі con la cabeza.
“Solo tengo un mal presentimiento”, dijo. “Recuerda que yo también conocà a Hatcher. Muy pocas cosas me asustan, pero… bueno, él es clase aparte”.
Riley no respondiГі, pero tambiГ©n estaba de acuerdo. SabГa que Hatcher habГa inquietado a Bill durante esa visita. El preso habГa hecho observaciones astutas sobre la vida personal de Bill con un instinto sorprendente.
Riley recordГі cuando Hatcher habГa seГ±alado el anillo de boda de Bill y habГa dicho:
“OlvГdate de tratar de arreglar las cosas con tu esposa. No es posible”.
Hatcher habГa estado en lo correcto, y Bill ahora estaba en pleno divorcio.
Al final de la misma visita, le habГa dicho algo a Riley que todavГa la atormentaba.
“Deja de oponerte”.
AГєn no entendГa quГ© era lo que Hatcher habГa querido decirle con eso. Pero sintiГі un temor inexplicable de que algГєn dГa lo descubrirГa.
*
Bill se estacionГі junto a una enorme pila de nieve arada afuera de la casa de Kelsey Sprigge en Searcy. Riley vio una patrulla estacionada cerca. Adentro estaban unos policГas uniformados. Pero dos policГas en una patrulla no le inspiraban mucha confianza. El criminal violento y brillante que se habГa fugado de Sing Sing podrГa vencerlos sin mucho esfuerzo.
Bill y Riley se bajaron del carro y les mostraron sus placas a los policГas. Luego caminaron por la acera hacia la casa. Era una casa tradicional de dos pisos con un techo prГЎctico y un porche cerrado, y estaba cubierta con luces navideГ±as. Riley tocГі el timbre.
Una mujer contestГі la puerta con una sonrisa encantadora. Ella estaba en forma y llevaba un traje para correr. Su expresiГіn era brillante y alegre.
“Ustedes deben ser los agentes Jeffreys y Paige”, dijo. “Yo soy Kelsey Sprigge. Pasen. Hay mucho frГo afuera”.
Kelsey Sprigge condujo a Riley y a Bill a una sala de estar acogedora con un fuego crepitante.
“¿Quieren algo de tomar?”, preguntó. “Obviamente están de servicio. Les serviré café”.
Ella entrГі en la cocina y Bill y Riley se sentaron. Riley mirГі sus alrededores y observГі las decoraciones navideГ±as y las decenas de fotografГas enmarcadas que colgaban de las paredes y que adornaban los muebles. Eran fotos de Kelsey Sprigge en distintos momentos de su vida adulta, con hijos y nietos alrededor de ella. En muchas de las fotografГas, un hombre sonriente estaba parado a su lado.
Riley recordГі que Flores habГa dicho que era viuda. Por lo que veГa en las fotos, supuso que habГa sido un matrimonio largo y feliz. De alguna manera, Kelsey Sprigge habГa triunfado en un aspecto de su vida en el que Riley siempre habГa fallado. HabГa tenido una gran vida familiar durante su carrera en el FBI.
Riley querГa preguntarle cГіmo habГa logrado eso, pero este obviamente no era el momento para hacerlo.
La mujer volviГі rГЎpidamente con una bandeja con dos tazas de cafГ©, crema y azГєcar, y, para sorpresa de Riley, un whisky con hielo para sГ misma.
Kelsey asombraba a Riley. Para una mujer de setenta aГ±os, estaba muy llena de vida y era mГЎs fuerte que la mayorГa de las mujeres que habГa conocido. De alguna manera, Riley sentГa que esta era una vista preliminar de la mujer en la que podrГa convertirse en el futuro.
“Listo”, dijo Kelsey, sentándose y sonriendo. “Ojalá nuestro clima fuera más acogedor”.
Su hospitalidad sorprendiГі a Riley. Dadas las circunstancias, le parecГa que la mujer debГa estar realmente alarmada.
“Sra. Sprigge”, comenzó Bill.
“Kelsey, por favor”, interrumpiГі la mujer. “Y sГ© por quГ© estГЎn aquГ. EstГЎn preocupados de que Shane Hatcher venga por mГ y de que sea su primer blanco. Creen que quiere asesinarme”.
Riley y Bill se miraron, no sabГan quГ© decir.
“Y, por supuesto, por eso es que los policГas estГЎn afuera”, dijo Kelsey, aГєn sonriendo dulcemente. “Les pedГ que pasaran un rato a calentarse, pero no quisieron hacerlo. ВЎNi siquiera me dejaron salir para mi trote vespertino! Es una pena, me encantarГa salir a correr en este clima. Bueno, no me preocupa ser asesinada, y no creo que ustedes deban preocuparse tampoco. Realmente no creo que Shane Hatcher tenga la intenciГіn de hacer tal cosa”.
Riley casi dijo: “¿Por qué no?”.
Por el contrario, dijo con cautela: “Kelsey, tú lo capturaste. Lo hiciste comparecer ante la justicia. Estaba en prisión por ti. Es posible que eres la única razón por la cual se fugó”.
Kelsey se quedГі callada por un momento. Estaba mirando la pistola en la funda de Riley.
“¿Qué arma llevas, querida?”, preguntó.
“Una Glock calibre 40”, dijo Riley.
“¡Genial!”, dijo Kelsey. “¿Puedo echarle un vistazo?”.
Riley le entregГі su arma a Kelsey. Ella sacГі el barrilete y examinГі la pistola. La manejГі como una experta.
“Las Glocks llegaron un poco tarde para mГ”, dijo. “Sin embargo, me gustan bastante. La estructura de polГmero se siente bien, es muy ligera y muy equilibrada”.
VolviГі a colocar el barrilete en su lugar y le devolviГі el arma a Riley. Luego caminГі hacia un escritorio. SacГі su propia pistola semiautomГЎtica.
“DerribГ© a Shane Hatcher con esta bebé”, dijo ella, sonriendo. Le entregГі el arma a Riley, y luego volviГі a tomar asiento. “Smith y Wesson, modelo 459. Lo herГ y lo desarmГ©. Mi compaГ±ero querГa matarlo como venganza por el policГa que habГa asesinado. Yo no se lo permitГ. Le dije que si Г©l mataba a Hatcher, habrГa mГЎs de un cadГЎver que enterrar”.
Kelsey se ruborizГі un poco.
“Ay, Dios”, dijo. “No quiero que nadie sepa eso. Por favor no se lo digan a nadie”.
Riley le devolviГі el arma.
“De todos modos, sabГa que contaba con la aprobaciГіn de Hatcher”, dijo Kelsey. “Sabes, Г©l tenГa un cГіdigo estricto, incluso como pandillero. SabГa que solo estaba haciendo mi trabajo. Creo que respetaba eso. Y tambiГ©n estaba agradecido. De todos modos, nunca demostrГі ningГєn interГ©s en mГ. Incluso le escribГ unas cartas, pero Г©l nunca las respondiГі. Probablemente ni siquiera recuerda mi nombre. Estoy casi cien por ciento segura de que no quiere matarme”.
Kelsey mirГі a Riley con interГ©s.
“Pero Riley… ВїPuedo llamarte Riley? Me dijiste por telГ©fono que lo habГas visitado, que habГas llegado a conocerlo. Debe ser fascinante”.
Riley creyГі detectar un poco de envidia en la voz de la mujer.
Kelsey se levantГі de su silla.
“Disculpen que hable tanto. ВЎSГ© que tienen que ir a atrapar a un criminal! Y quiГ©n sabe lo que pueda estar haciendo, incluso en este mismo momento. Tengo informaciГіn que podrГa ayudarlos. Vengan, les mostrarГ© todo lo que tengo”.
Guio a Riley y a Bill por un pasillo, hasta la puerta de un sГіtano. Los nervios de Riley se pusieron de punta.
“¿Por qué tiene que ser en un sótano?”, pensó.
Riley habГa albergado una fobia leve pero irracional a los sГіtanos desde hace algГєn tiempo, vestigios del TEPT de haber estado cautiva en el sГіtano de poca altura hГєmedo de Peterson, y por haber acabado con un asesino diferente en un sГіtano oscuro hace poco.
Riley no vio nada siniestro cuando siguieron a Kelsey por las escaleras. El sГіtano habГa sido convertido en una sala de juegos. En una esquina habГa un ГЎrea de oficina bien iluminada con un escritorio lleno de carpetas manila, un tablГіn de anuncios con fotografГas viejas y recortes de periГіdicos y un par de cajoneras.
“Aquà tienen todo lo que quieren saber de �Shane de las Cadenas’ y su carrera y su derrota”, dijo Kelsey. “Adelante. No duden en preguntarme cualquier cosa que se les venga a la mente”.
Riley y Bill empezaron a ojear carpetas. Riley se sentГa sorprendida y emocionada. Era un corpus informativo enorme y fascinante y gran parte de toda esta informaciГіn jamГЎs habГa sido escaneada para la base de datos del FBI. La carpeta que estaba ojeando estaba abarrotada de artГculos aparentemente insignificantes, como servilletas de restaurantes con notas manuscritas y bocetos relacionados con el caso.
AbriГі otra carpeta que tenГa informes fotocopiados y otros documentos. Darse cuenta que Kelsey seguramente no debГa haber copiado o guardado estas cosas hizo a Riley sonreГr. Los originales seguramente habГan sido destrozados despuГ©s de haber sido escaneados.
“Supongo que se están preguntando por qué simplemente no puedo dejar ir este caso”, comentó Kelsey mientras Bill y Riley escudriñaban todos los materiales. “A veces hasta yo misma me lo pregunto”.
Kelsey se detuvo para pensar por un momento.
“El caso de Shane Hatcher fue el Гєnico en el que realmente me topГ© con el mal”, dijo. “Durante mis primeros catorce aГ±os con el FBI, prГЎcticamente estuve metida en la oficina de Siracusa. Pero trabajГ© en este caso desde el principio, hablando con pandilleros en la calle, tomando las riendas del equipo. Nadie me creyГі capaz de derribar a Hatcher. De hecho, todos creГan que nadie serГa capaz de derribarlo. Pero lo hice”.
Ahora Riley estaba ojeando una carpeta de fotos de mala calidad que el FBI probablemente ni siquiera se habГa tomado la molestia de escanear. Kelsey habГa sido lo suficientemente inteligente como para no botarlas.
Una mostraba a un policГa sentado en una cafeterГa hablando con un pandillero. Riley reconociГі inmediatamente al joven como Shane Hatcher. Le tomГі un momento reconocer al policГa.
“Ese es el oficial que Hatcher mató, ¿cierto?”, preguntó Riley.
Kelsey asintiГі por la cabeza.
“El oficial Lucien Wayles”, dijo. “Yo tomé esa foto”.
“¿Qué está haciendo hablando con Hatcher?”.
“Eso es muy interesante”, dijo. “Supongo que se enteraron de que Wayles era un policГa Гntegro y condecorado. Eso es lo que los policГas locales todavГa quieren que todo el mundo piense. En realidad era muy corrupto. En esta foto, estaba reunido con Hatcher con la esperanza de hacer un trato con Г©l, obtener una parte de las ganancias de las drogas por no interferir con el territorio de Hatcher. Hatcher le dijo que no. AllГ fue que Wayles decidiГі acabar con Г©l”.
Kelsey sacГі una fotografГa del cuerpo mutilado de Wayles.
“Obviamente saben cómo terminó yéndole a Wayles”, dijo.
Riley sintiГі haber entendido todo. Este era exactamente el material que habГa anhelado. Le acercaba mucho mГЎs a la mente de un joven Shane Hatcher.
Riley sondeГі la mente del joven mientras observГі la foto. Se imaginГі los pensamientos y sentimientos de Hatcher en el momento en el que la foto fue tomada. TambiГ©n recordГі algo que Kelsey habГa dicho.
“Sabes, Г©l tenГa un cГіdigo estricto, incluso como pandillero.”
Riley sabГa que eso seguГa siendo verdad hoy en dГa por las conversaciones que habГa tenido con Г©l. Y ahora, mirando la foto, Riley podГa sentir la repugnancia visceral de Hatcher ante la propuesta de Wayles.
“La propuesto lo ofendió”, pensó Riley. “Fue un insulto para él”.
No era sorprenderte que Hatcher hubiera hecho de Wayles un terrible ejemplo. SegГєn el cГіdigo retorcido de Hatcher, era lo mГЎs moral del mundo.
Riley encontrГі la foto de otro pandillero.
“¿Quién es este?”, preguntó Riley.
“Smokey Moran”, dijo Kelsey. “El teniente más confiable de Shane de la Cadenas, hasta que lo capturé por vender drogas. Enfrentaba una gran sentencia en prisión, asà que no me costó lograr que entregara pruebas en contra de Hatcher a cambio de cierta clemencia. Asà es que finalmente logré capturar a Hatcher”.
Los pelos de Riley se pusieron de punta.
“¿Qué pasó con Moran?”, preguntó.
Kelsey negГі con la cabeza con desaprobaciГіn.
“TodavГa estГЎ libre”, dijo. “Muchas veces deseo jamГЎs haber hecho ese trato. Lleva aГ±os dirigiendo todo tipo de actividades pandilleras. Los jГіvenes pandilleros lo admiran. Г‰l es inteligente y escurridizo. La policГa local y el FBI no han podido llevarlo ante la justicia”.
Los pelos de Riley seguГan de punta. Riley se encontrГі en la mente de Hatcher, meditando en la cГЎrcel durante dГ©cadas sobre la traiciГіn de Moran. En el universo moral de Hatcher, un hombre asГ no merecГa vivir. Y la justicia debiГі haberle llegado desde hace mucho tiempo.
“¿Tienes su dirección actual?”, le preguntó Riley a Kelsey.
“No, pero estoy segura de que la oficina de campo sà la tiene. ¿Por qué?”.
Riley respirГі profundamente.
“Porque Shane va a matarlo”.
CAPГЌTULO SIETE
Riley sabГa que Smokey Moran corrГa gran peligro. Pero la verdad era que Riley no sentГa mucha compasiГіn por el matГіn feroz.
Shane Hatcher era lo que realmente importaba.
Su misiГіn era regresar a Hatcher a la prisiГіn. Si lo atrapaban antes de que matara a Moran por su traiciГіn, bien. Ella y Bill conducirГan a la direcciГіn de Moran sin darle ninguna advertencia. LlamarГan a la oficina de campo local para que contaran con apoyo allГЎ.
Los barrios pandilleros mucho mГЎs siniestros de Siracusa quedaban a media hora en carro de la casa de clase media en la que vivГa Kelsey Sprigge. El cielo estaba nublado, pero no estaba nevando, y el trГЎfico se movГa normalmente por las carreteras bien despejadas.
Riley accediГі a la base de datos del FBI e investigГі un poco en su celular mientras Bill manejaba. Vio que la situaciГіn local de las pandillas era grave, ya que se habГan agrupado y reagrupado en esta ГЎrea desde la dГ©cada de 1980. En la era de Shane de las Cadenas, la mayorГa habГan sido locales. Desde entonces unas pandillas nacionales se habГan trasladado a la zona, trayendo consigo mayores niveles de violencia.
Las drogas que alimentaban esta violencia con sus ganancias se habГan vuelto mГЎs extraГ±as y mucho mГЎs peligrosas. Ahora incluГan cigarrillos empapados en lГquido para embalsamar y cristales llamados “sales de baГ±o” que inducГan paranoia. Nadie sabГa quГ© sustancia aГєn mГЎs letal aparecerГa pronto.
Cuando Bill se estacionГі frente al edificio de departamentos deteriorado donde vivГa Moran, Riley vio a dos hombres con chaquetas del FBI bajarse de otro carro. Eran los agentes McGill y Newton, quienes los habГan recibido en el aeropuerto. Pudo notar que llevaban chalecos Kevlar debajo de sus chaquetas. Ambos llevaban rifles de francotiradores marca Remington.
“Moran vive en el tercer piso”, dijo Riley.
Cuando los agentes entraron por la puerta principal del edificio, se encontraron con varios pandilleros que estaban pasando el rato en el vestГbulo raГdo y frГo. Estaban parados con las manos metidas en los bolsillos de sus sudaderas con capucha y parecГan no estar prestГЎndoles mucha atenciГіn al grupo armado.
“¿Serán los guardaespaldas de Moran?”, se preguntó Riley.
No creГa que era probable que intentaran detener a un pequeГ±o ejГ©rcito de agentes, aunque podrГan avisarle a Moran que alguien iba en camino a su apartamento.
McGill y Newton parecГan conocer a los jГіvenes.
“Estamos aquà para ver a Smokey Moran”, dijo Riley.
Ninguno de los jГіvenes dijo una palabra. Solo miraron a los agentes con expresiones extraГ±as y vacГas. Ese comportamiento le parecГa extraГ±o.
“Salgan”, dijo Newton, y los chicos asintieron con la cabeza y salieron por la puerta principal.
Los agentes subieron tres tramos de escaleras con Riley en el frente. Los agentes locales revisaron cada pasillo cuidadosamente. Se detuvieron en frente del apartamento de Moran en el tercer piso.
Riley golpeГі la puerta. Cuando nadie contestГі, exclamГі:
“Smokey Moran, te habla la agente del FBI Riley Paige. Mis colegas y yo necesitamos hablar contigo. No pretendemos hacerte daño. No estamos aquà para arrestarte”.
El silencio continuГі.
“Tenemos razones para creer que tu vida está en peligro”, gritó Riley.
Nada.
Riley intentГі el pomo. Para su sorpresa, la puerta no estaba cerrada con llave, y se abriГі.
Los agentes entraron a un apartamento muy limpio que prГЎcticamente no estaba decorado. Tampoco tenГa una televisiГіn, ni dispositivos electrГіnicos, ni una computadora. Riley entrГі en cuenta de que Moran lograba ejercer una gran influencia en el mundo criminal Гєnicamente dando Гіrdenes cara a cara. Pasaba desapercibido ya que nunca se conectaba, ni tampoco usaba un telГ©fono.
“Definitivamente es astuto”, pensó Riley. “A veces lo tradicional funciona mejor”.
Pero Moran no estaba por ninguna parte. Los dos agentes locales revisaron todas las habitaciones y los armarios rГЎpidamente. No habГa nadie en el apartamento.
Todos bajaron las escaleras de nuevo. Cuando llegaron al vestГbulo, McGill y Newton levantaron sus rifles, listos para la acciГіn. Los pandilleros jГіvenes los estaban esperando en la base de las escaleras.
Riley los observГі. Se dio cuenta que obviamente habГan tenido Гіrdenes de dejar que Riley y sus colegas registraran el apartamento vacГo. Ahora parecГa que tenГan algo que decir.
“Smokey nos dijo que creГa que vendrГan”, dijo uno de los pandilleros.
“Nos dijo que les diéramos un mensaje”, dijo otro.
“Dijo que lo busquen en el viejo almacén de Bushnell en la calle Dolliver”, dijo un tercero.
Luego, sin decir mГЎs, los jГіvenes se echaron a un lado, dejГЎndoles a los agentes un montГіn de espacio para pasar.
“¿Estaba solo?”, preguntó Riley.
“SГ, estaba solo cuando saliГі de aquГ”, respondiГі uno de los jГіvenes.
SentГa un presentimiento extraГ±o. Riley no sabГa quГ© pensar al respecto.
McGill y Newton siguieron observando a los jóvenes mientras salieron del edificio. Cuando estaban afuera, Newton dijo: “Yo sé dónde queda ese almacén”.
“Yo tambiГ©n”, dijo McGill. “Queda a pocas cuadras de aquГ. EstГЎ abandonado y a la venta, y se ha hablado de convertirlo en apartamentos elegantes. Pero no me gusta esto. Ese lugar es perfecto para una emboscada”.
TomГі su telГ©fono y pidiГі mГЎs apoyo.
“Tendremos que tener cuidado”, dijo Riley. “Los seguiremos en nuestra camioneta”.
Bill siguiГі de cerca a la VUD local. Estacionaron ambos carros delante de un edificio de ladrillos decrГ©pito de cuatro pisos con una fachada hecha pedazos y ventanas rotas. Justo en ese momento llegГі otro vehГculo del FBI.
Cuando Riley observГі el edificio mГЎs de cerca, entendiГі por quГ© McGill habГa querido mГЎs apoyo. El lugar era enorme y decrГ©pito, con tres pisos de ventanas oscuras y rotas. Cualquiera de las ventanas podrГa ocultar a un tirador con un rifle fГЎcilmente.
Todo el equipo local estaba armado con caГ±ones largos, pero ella y Bill solo tenГan pistolas. SerГan un blanco fГЎcil en medio de un tiroteo.
AГєn asГ, Riley no le encontraba sentido a una emboscada. DespuГ©s de eludir su detenciГіn hГЎbilmente por unas tres dГ©cadas, Вїpor quГ© un tipo tan brillante como Smokey Moran harГa algo tan imprudente como tirotear a agentes del FBI?
Riley llamГі a los otros agentes con su radio.
“¿Aún llevan sus chalecos Kevlar?”, preguntó.
“SГ”, fue la respuesta.
“Qué bueno. Quédense en sus carros hasta que les diga que se bajen”.
Bill encontrГі dos chalecos Kevlar en la parte posterior de su VUD. Г‰l y Riley se los colocaron rГЎpidamente. Luego Riley encontrГі un megГЎfono.
BajГі la ventanilla y exclamГі:
“Smokey Moran, somos del FBI. Recibimos tu mensaje. Vinimos a verte. No pretendemos hacerte daño. Sal del edificio con las manos arriba y hablemos”.
Ella esperГі un minuto. Nada sucediГі.
Riley volviГі a la radio otra vez y se dirigiГі a Newton y McGill.
“El agente Jeffreys y yo nos bajaremos del vehГculo. BГЎjense con sus armas desenfundadas cuando estemos afuera. Nos encontraremos en la puerta principal. No bajen la mirada. Si ven cualquier movimiento en cualquier lugar del edificio, cГєbranse inmediatamente”.
Riley y Bill se bajaron del VUD, y Newton y McGill se bajaron del suyo. Tres agentes del FBI mГЎs fuertemente armados se bajaron del vehГculo reciГ©n llegado y se unieron a ellos.
Los agentes se movieron con cautela hacia el edificio, mirando las ventanas con sus armas listas. Finalmente llegaron a la seguridad relativa de la enorme puerta principal.
“¿Cuál es el plan?”, preguntó McGill, sonando claramente nervioso.
“Arrestar a Shane Hatcher, si es que estГЎ aquГ”, dijo Riley. “Matarlo si es necesario. Y encontrar a Smokey Moran”.
Bill agregó: “Tendremos que registrar todo el edificio”.
Riley se percatГі de que los agentes locales no se sentГan muy a gusto con este plan. No podГa culparlos.
“McGill, comienza en la planta baja y sube poco a poco. Jeffreys y yo iremos al último piso y bajaremos poco a poco. Nos encontraremos en el medio”.
McGill asintiГі. Riley pudo ver un destello de alivio en su rostro. SabГan claramente que habГa mucho menos riesgo en la parte inferior del edificio. Bill y Riley estaban corriendo un riesgo significativamente mayor.
Newton dijo: “Iré arriba con ustedes”.
Vio que su expresiГіn era firme, asГ que no se opuso.
Bill abriГі las puertas, y los cinco agentes entraron al edificio. Viento helado entraba por las ventanas de la planta baja, que era un espacio vacГo con postes y puertas que daban a varias salas. Dejando a McGill y a otros tres agentes para que comenzaran aquГ, Riley y Bill se dirigieron a las escaleras mГЎs amenazantes. Newton los siguiГі de cerca.
A pesar del frГo, podГa sentir sudor en sus guantes y en su frente. PodГa sentir su corazГіn latiendo con fuerza e intentГі mantener el control respiratorio. No importaba cuГЎntas veces habГa hecho esto, nunca lograba acostumbrarse. Nadie lograba hacerlo.
Por fin llegaron al Гєltimo piso.
El cadГЎver fue lo primero que llamГі la atenciГіn de Riley.
Estaba pegado verticalmente a un poste con cinta adhesiva, tan destrozado que ni siquiera parecГa humano. TenГa cadenas para llantas envueltas alrededor de su cuello.
“El arma preferida de Hatcher”, recordó Riley.
“Ese tiene que ser Moran”, dijo Newton.
Riley y Bill intercambiaron una mirada. SabГan que aГєn no debГan enfundar sus armas. El cuerpo podrГa ser la trampa de Hatcher para hacerlos exponerse.
Mientras se acercaron al hombre muerto, Newton se quedГі atrГЎs con el rifle preparado.
Charcos de sangre medio congelados se pegaron a la suela de los zapatos de Riley cuando se acercГі al cuerpo. El rostro estaba golpeado mГЎs allГЎ de toda posibilidad de reconocimiento, y tendrГan que utilizar el ADN o registros dentales para poder identificarlo. Pero Riley no tenГa ninguna duda de que Newton tenГa razГіn; este tenГa que ser Smokey Moran. Sus ojos todavГa estaban abiertos y su cabeza estaba pegada al poste, asГ que parecГa estar mirando a Riley directamente.
Riley mirГі a su alrededor de nuevo.
“Hatcher no estГЎ aquГ”, dijo ella, enfundando su arma.
Bill hizo lo mismo y caminГі hasta el cuerpo. Newton permaneciГі atento, sosteniendo su rifle y moviГ©ndose a cada rato para verificar todas las direcciones.
“¿QuГ© es esto?”, dijo Bill, seГ±alando un pedazo de papel doblado que se asomaba del bolsillo de la chaqueta de la vГctima.
Riley sacГі el pedazo de papel. DecГa:
“Un caballo está encadenado a una cadena de 24 pies y se come una manzana que está a 26 pies de distancia. ¿Cómo llegó el caballo a la manzana?”.
Riley se puso tensa. No era ninguna sorpresa que Shane Hatcher habГa dejado una adivinanza. Le entregГі el papel a Bill. Г‰l lo leyГі y luego mirГі a Riley con una expresiГіn perpleja.
“La cadena no está atada a nada”, dijo Riley.
Bill asintiГі. Riley sabГa que habГa entendido el significado de la adivinanza:
Shane de las Cadenas estaba desatado.
Y estaba empezando a disfrutar de su libertad.
CAPГЌTULO OCHO
Sentada con Bill en el bar del hotel, Riley no podГa sacarse la imagen del hombre desfigurado de su mente. Ni ella ni Bill habГan sido capaces de entender por completo lo que habГa sucedido. No podГa creer que Shane Hatcher se habГa fugado de Sing Sing solo para matar a Smokey Moran. Pero no cabГa duda de que Г©l lo habГa matado.
Las luces navideГ±as del bar se veГan muy chillonas en vez de seГ±ales de celebraciГіn.
Le entregГі su vaso vacГo a un barman. “SГrveme otro”, le dijo.
Se dio cuenta de que Bill estaba mirГЎndola con inquietud. EntendГa el por quГ©. Este era su segundo whisky americano con hielo. Bill sabГa que los antecedentes de Riley con el alcohol no eran buenos.
“No te preocupes”, le dijo. “Ese será mi último trago”.
No tenГa ninguna intenciГіn de emborracharse esta noche. Solo querГa relajarse un poco. El primer vaso no habГa ayudado, y dudaba de que el segundo lo hiciera.
Riley y Bill habГan pasado el resto del dГa lidiando con las consecuencias del asesinato de Smokey Moran. Mientras que ella y Bill se quedaron trabajando con los policГas locales y el equipo del mГ©dico forense en la escena del crimen, habГan enviado a los agentes McGill y Newton de vuelta al edificio de apartamentos donde habГa vivido Moran. DebГan hablar con los jГіvenes pandilleros que habГan estado de guardia en el vestГbulo. Pero no pudieron encontrar a los jГіvenes por ninguna parte. El apartamento de Moran permanecГa abierto y desprotegido.
Cuando el barman colocГі la bebida frente a Riley, recordГі lo que los pandilleros habГan dicho en el vestГbulo:
“Smokey nos dijo que creГa que vendrГan”.
“Nos dijo que les diéramos un mensaje”.
Luego les habГan dicho dГіnde encontrar a Smokey Moran.
Riley negГі con la cabeza cuando repitiГі el momento en su mente.
“Debimos haber hablado con esos pandilleros cuando tuvimos la oportunidad”, le dijo a Bill. “Debimos haberles hecho preguntas”.
Bill se encogiГі de hombros.
“¿Acerca de quГ©?”, preguntГі. “¿QuГ© podrГan habernos dicho?”.
Riley no respondiГі. La verdad era que no tenГa ni idea. Pero todo parecГa extraГ±o. RecordГі las expresiones rГgidas, sombrГas y tristes de los pandilleros. Era casi como si habГan entendido que su lГder habГa ido a su muerte, y ya estaban de luto. El hecho de que ahora habГa abandonado sus puestos de trabajo, al parecer para siempre, parecГa confirmarlo.
ВїQuГ© es lo que Moran les habГa dicho antes de irse? ВїQue Г©l no regresarГa? Riley se sintiГі desconcertada por esa posibilidad. ВїPor quГ© un matГіn inteligente y experimentado como Moran no se mantuvo alejado del peligro? ВїPor quГ© fue a ese almacГ©n, si tenГa alguna idea de lo que lo esperaba allГ?
“¿Cuál crees que será el próximo paso de Hatcher?”, preguntó Bill, interrumpiendo sus pensamientos.
“No lo sé”, dijo Riley.
Era difГcil de admitir, pero era cierto. Unos agentes experimentados del FBI ahora custodiaban la casa de Kelsey Sprigge por si era el prГіximo objetivo de Hatcher. Pero Riley no creГa que lo era. Kelsey tenГa razГіn. Hatcher no matarГa a la mujer por haber hecho su trabajo hace todos esos aГ±os, especialmente puesto que ella realmente le habГa salvado la vida.
“¿Crees que podrГa venir por ti ahora?”, preguntГі Bill.
“Ojalá que lo hiciera”, dijo Riley.
Bill se veГa un poco sorprendido.
“No dices eso en serio”, dijo.
“Sà lo digo en serio”, dijo Riley. “Si tan solo se mostrara a sà mismo, tal vez pudiera hacer algo. Esto es como jugar una partida de ajedrez con los ojos vendados. ¿Cómo puedo moverme si no conozco sus movimientos?”.
Bill y Riley saborearon sus bebidas en silencio por unos instantes.
“Tú también lo conociste, Bill”, dijo Riley. “¿Qué piensas de él?”.
Bill dejГі escapar un largo suspiro.
“Bueno, ciertamente pareciГі haberme entendido rapidito”, dijo. “Él me dijo que me olvidara de arreglar las cosas con Maggie. No tenГa ni idea en ese momento de la razГіn que tenГa”.
“¿Cómo han estado las cosas con Maggie últimamente?”, preguntó Riley.
Bill moviГі el hielo un poco en su vaso.
“Nada bien”, dijo. “Me siento perdido. Seis meses de separación, ninguna posibilidad de volver a estar juntos, pero faltan seis meses para que el divorcio sea oficial. Siento que mi vida está congelada. Por lo menos está flexibilizándose un poco en cuanto a la custodia de los niños. Está permitiéndome pasar tiempo con ellos”.
“Eso es bueno”, dijo Riley.
NotГі que Bill estaba mirГЎndola con nostalgia.
“Eso no es bueno”, pensó.
Ella y Bill llevaban aГ±os luchando contra su atracciГіn mutua. Riley todavГa hacГa un gesto de dolor cada vez que recordaba la vez que lo habГa llamado borracha para proponerle que tuvieran una aventura. Su amistad y relaciГіn profesional apenas habГan sobrevivido ese episodio.
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